Sus amigos, colegas y familiares la recuerdan como una reportera talentosa que podía encontrar historias donde otros no. El principal sospechoso de su muerte, el inventor danés Peter Madsen, fue arrestado de forma preventiva por homicidio involuntario con circunstancias atenuantes
Sus colegas no salen del asombro que esté muerta. Todos quienes la conocieron coinciden en que era una periodista talentosa con grandes cualidades humanas. El caso, y lo macabro de este, ha golpeado profundamente a sus amigos, compañeros y familiares.
Este martes el torso del cuerpo de Kim Wall fue encontrado en el mar báltico, luego de que la joven sueca desapareciera tras entrevistar en su submarino de fabricación casera al inventor danés Peter Madsen en Copenhagen.
Madsen, quien asegura que la reportera murió en un accidente y él arrojó luego el cadáver al mar -sin embargo, no contó por qué el cuerpo estaba desmembrado-, fue arrestado de forma preventiva por homicidio involuntario con circunstancias atenuantes.
«Kim ha trabajado como periodista en muchos lugares peligrosos, y muchas veces hemos estado preocupados por ella«, escribió la familia de Wall a la televisión danesa mientras aún se encontraba desaparecida.
Wall, de 30 años, ha cubierto historias como periodista freelance en lugares como Uganda, Cuba, las Islas Marshall o China. Lo irónico para sus allegados es que haya perdido la vida tan cerca a su casa, en un país pacifico como Dinarmarca donde no hay grandes conflictos políticos y sociales a diferencia de los países en los que trabajaba.
Wall creció en Malmö, Suecia, pero la mayor parte de su vida adulta la vivió en el extranjero. Sus estudios universitarios los realizó en el Reino Unido en el London School of Economics, donde se graduó en Relaciones Internacionales.
Después de trabajar en Australia en el equipo de comunicaciones de la embajada sueca, para una delegación de la Unión Europea en la India y para un diario en Hong Kong, Wall se fue a estudiar un máster en periodismo y relaciones internacionales en la Universidad de Columbia en Nueva York.
«Después de los días horrendos desde la desaparición de Kim, hemos recibido incontables muestras de cuán amada y apreciada era, como persona, amiga y periodista«, escribió su madre Ingrid Wall en su muro de Facebook.
«Lo que hacía de sus capacidades periodísticas algo excepcional era su talento por encontrar historias extrañas, peculiares, pero contadas de una forma extraordinaria«, contó su compañera de maestría Anna Codrea-Rado a la BBC.
Wall escribió para medios como el New York Times, Harper’s, Vice, Foreing Policy, BBC, Time, Al Jazeera y The Guardian, entre otros.
«Ella fue capaz de tomar cualquier cosa y encontrar historias donde otros no. Era un chica terrible. Es muy triste que ahora me dé cuenta de cuán terrible era«, dijo uno de sus colegas a Buzzfeed.