En la ciudad de Chongqing, los ingenieros ferroviarios llegaron a un acuerdo inédito con los propietarios de un complejo de apartamentos.
La sobrepoblación de algunas ciudades chinas y la necesidad de desarrollar una infraestructura para transportar grandes flujos de gente lleva a superar desafíos que escapan de la lógica.
Algo como esto ocurrió en la ciudad de Chongqing, China, densamente edificada entre las montañas del centro del país. En su área metropolitana viven unos 30 millones de personas.
Cuando planificaron una de las líneas de monorriel que atraviesa la ciudad, los constructores vieron que no había espacio para que el tren pasara ente la ladera de la montaña y los edificios. Una de las soluciones era expropiar uno edificio y tirarlo abajo. Pero los constructores llegaron a un acuerdo con los propietarios para una solución insólita y creativa: el tren pasaría por el medio del edificio, de modo que expropiarían sólo los departamentos entre el sexto y el noveno piso.
¿Podrían vivir los restantes vecinos con el ruido ensordecedor de una formación ferroviaria pasando por entre las columnas de su vivienda? Los constructores se comprometieron a que el ruido sería mínimo y así fue: el sonido que produce el tren es de unos 60 decibeles, similar al de un lavavajillas en funcionamiento.
«Hicimos este proyecto en conjunto con los propietarios. Una vez que garantizamos que no habría ruido, las propiedades no sólo no bajaron de valor, sino que se revalorizaron, porque es muy conveniente tener una estación de tren en tu mismo edificio para movilizarse a cualquier parte», contó Yuan Cheng, el responsable de transporte de la ciudad.