En este edificio, hacía varios días incluso semanas que se podía apreciar ese olor tan fuerte y característico de la marihuana, por lo que un vecino comprensivo quiso ponerle remedio y lo hizo colocando este papel en el portal del edificio advirtiendo sobre lo que estaba ocurriendo. Obviamente, lo pudo ver todo el mundo, incluido el responsable que arrancó el papel en cuanto lo vio.
Esto demuestra que todavía siguen existiendo vecinos amables y comprensivos, y sobre todo con un gran humor.