La personalidad INFJ, la más peculiar según Carl Jung

La personalidad INFJ, caracterizada por combinar las dimensiones psicológicas de la introversión, la intuición, el sentimiento y el juicio, representa según Carl Jung al 1% de la población

La personalidad INFJ, la más peculiar según Carl Jung

Autor: Andrea Peña

La personalidad INFJ, caracterizada por combinar las dimensiones psicológicas de la introversión, la intuición, el sentimiento y el juicio, representa según Carl Jung al 1% de la población. Este patrón de personalidad define a un perfil idealista, sereno, firme en sus valores, altamente sensible, pero seguro de sí mismo y orientado siempre a mejorar la vida de los demás.

Si alguien no ha oído hablar todavía sobre este tipo de personalidad, no tardará demasiado en dar con un libro, con algún documental o con un artículo con la clásica enumeración de las 10 características clave que definen este tipo perfil tan singular. La personalidad INFJ está de moda en el mundo anglosajón, y aunque a simple vista pueda recordarnos un poco a la personalidad altamente sensible, cabe decir que no son exactamente lo mismo.

Para comprenderla un poco mejor, hagamos un viaje hasta su origen. La tipología INFJ forma parte en realidad del Indicador de Myers-Briggs, un test de personalidad diseñado para identificar nuestras preferencias personales. Esta prueba está basada en los tipos psicológicos desarrollados por Carl Jung, los cuales fue definiendo a través de toda su experiencia clínica.

A día de hoy este indicador se utiliza sobre todo en dinámicas de grupos y en pruebas de crecimiento personal. No obstante, cabe decir que dentro del ámbito más académico y en la literatura psicológica más rigurosa no le dan demasiada validez. Sin embargo, los trabajos de Carl Jung al respecto de sus tipos psicológicos siempre son de interés, y en la actualidad estamos viendo resurgir con fuerza muchos de sus enfoques, y sobre todo su contribución al estudio de la personalidad.

Así, y de entre todo ese conjunto de perfiles psicológicos que nos ofrece el indicador Myers-Briggs, siempre llama la atención la que se considera la personalidad más peculiar y exclusiva de todas, la INFJ. Profundicemos un poco más en ella.

Perfil de persona con letras en su interior representando la personalidad INFJ

La personalidad INFJ o el perfil del “abogado”

El Indicador Myers-Briggs es un tipo de prueba psicológica que a los profesionales del mundo educativo les suele gustar. Facilita el que los alumnos se conozcan mejor, para tomar decisiones más razonadas sobre su futuro académico y laboral. A través de sus cuatro escalas podemos saber, por ejemplo, cómo vemos el mundo, cómo procesamos todo lo que nos rodea o cómo nos relacionamos.

Asimismo, es interesante recordar que este indicador está basado en 8 tipos de personalidades extrovertidas y 8 de personalidades introvertidas, siendo precisamente la personalidad INFJ la más inusual de todas por definir a poco más de 1% de la población. Estas serían las características.

Orientado a ayudar a los demás

A la personalidad INFJ se la conoce también como el perfil del abogado por las siguientes razones:

  • Son idealistas y tienen un alto sentido sobre lo que está bien y lo que está mal.
  • Se guían por sus valores y están siempre muy orientados por sus creencias.
  • Uno de sus objetivos más claros es facilitar ayudar a los demás.
  • Sin embargo, no se limitan a “rescatar”, porque la personalidad INFJ tiene la capacidad de inspirar, de conseguir que los demás sean mejores, que progresen, que se conviertan en ese tipo de personas que no necesitan ser rescatadas.

Son buenos relacionándose pero valoran la soledad

Este tipo de perfil de personalidad tiene una habilidad especial para entablar relaciones. Saben hacer amigos y conservarlos, son cercanos, cálidos y de trato amable, sencillos y buenos conversadores. Vistos desde fuera pueden dar la impresión de que son el clásico ejemplo de un extrovertido, sin embargo, la personalidad INFJ controla muy bien los momentos de sociabilidad y los delimita en el tiempo por una razón muy básica:

Su naturaleza es introvertida y necesita instantes de soledad para recuperar la “energía”.

hombre con personalidad INFJ en interior de una esfera

Son soñadores activos

La personalidad INFJ es una soñadora infatigable. Sin embargo, sus sueños no se quedan en la mera ilusión, en el clásico soñador pasivo donde su idealismo es tan frágil y liviano que se lo lleva el viento. Todo lo contrario. Esta personalidad tiene la necesidad natural de contribuir a la sociedad, y de ahí, que sueñen despiertos para actuar del mismo modo: con convicción y decisión.

En un escenario de trabajo, estas personas muestran siempre independencia, clara orientación a los objetivos, alta creatividad y mucha intuición. Asimismo, es común que les gusta el arte y las ciencias por igual.

Su entusiasmo e idealismo a menudo les agota

La personalidad INFJ tiene un solo problema: la sociedad. En este mundo lleno de desigualdades, de puertas cerradas y de muros que superar a diario, es fácil caer en el desánimo ante tantos obstáculos. De ahí que sea común que este perfil acabe decepcionándose y sufriendo un desgaste físico y emocional constante.

No es fácil para ellos tener que afrontar a diario las críticas, el estrés y ese choque entre su idealismo y la dura realidad. Asimismo, otro hecho que los caracteriza es que a menudo olvidan cuidarse a sí mismos. 

“Cada hombre debe decidir si va a caminar por la luz del altruismo creativo o en la oscuridad del egoísmo destructivo”.

-Martin Luther King-

Mujer avanzando entre flores

Vistas ya las principales características de este tipo de personalidad que definió Carl Gustav Jung, podemos intuir que estamos ante una de esas figuras cuyo pensamiento y su eco ha supuesto una pequeña revolución mundo. Ese 1% de la población es en realidad la luz de nuestra sociedad: personas con ideales claros, soñadores con propósito que ansían dar lo mejor a los demás.

Así, y en caso de que alguien se sienta plenamente identificado con la personalidad INFJ solo cabe añadir un consejo: hay que persistir sin dejar de lado los propios ideales. No hay que rendirse jamás, porque a veces, ese 1% de la población es suficiente para inspirar al otro 99%.

 

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