El periodista aseguraba en su crónica, que se encontraba estacionado fuera de un teatro para aprovechar la luz que llegaba de la marquesina, cuando se le acercaron dos niños que, pensó, sólo venían a pedir dinero. ..Todo sucedió con naturalidad al principio: bajó el vidrio del auto para darles un poco de cambio, pero de pronto, una sensación terrible se apoderó de él, aunque no supo identificar qué era. Uno de los niños le pidió que los acercara a su casa, pues querían ver una película y habían dejado el dinero ahí. Berthel quedó pasmado cuando se encontró con la mirada de esos dos seres cuyos ojos no tenían otro color que no fuera el del vacío: negro donde deberían estar las pupilas, el iris, la zona blanca que le otorga a los ojos su humanidad. El mismo niño que pidió subir al carro se percató del miedo que sentía el hombre, así que intentó calmarlo, pero eso sólo logró asustarlo más. ¿Cómo se habían percatado de lo que sentía y lo que estaba pensando si apenas había dicho palabra?…contaba el periodista.
El imaginario popular ha indicado cuatro características que siempre están presentes cuando aparecen los “niños de los ojos negros”:
1.- Siempre aparecen en parejas.
2.- La oposición a sus peticiones los hace volverse más insistentes y agresivos.
3.- Pueden saber lo que estás pensando.
4.- Una ineludible sensación de terror se apodera de ti en su presencia.