Disney no es sólo un imperio cinematográfico, sino también, en su versión televisiva, el sueño de muchos niños actores. Con cada proyecto, se descubren nuevos talentos que hacen crecer a este magnate del entretenimiento. Pero cuando estos niños celebridades crecen, parece que lo único que queda es el deseo de romper esa tierna imagen que los acompañó durante años.
Casos hay muchos, algunos más extremos que otros. Desde Britney Spears, Lindsay Lohan, Demi lovato y Miley Cyrus, entre muchos nombres más. También están aquellas estrellas que nacieron acá y siguieron forjando su carrera sin grandes quiebres. Pero, ¿qué es este fenómeno que Disney parece provocar?
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Una reciente sesión de fotos de Selena Gomez provocó la interrogante en algunos medios. ¿Resulta tan traumático ser, en especial, una chica Disney? El caso de Gomez no es tan drástico como otros. Pero existe unas ganas de gritar: «ya no soy una niña, soy una mujer».
Utilizan, en especial hoy en día, las redes sociales para demostrar quienes realmente son. Más en el caso de las más jóvenes, como Cyrus, Lovato y Gomez. Instagram es su plataforma para decir: esta soy yo, ya dejé atrás a la dulce niña del pasado. O eso pareciera.
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Muchos caen en excesos, desórdenes alimenticios, drogas, episodios de locura. Ser una celebridad desde muy joven parece ser una carga en repetidos casos, como el de Macaulay Culkin (quien, de paso, no fue chico Disney). Marca las carreras de cantantes o actrices, y cuando pasan la adolescencia, hay un deseo de demostrar que ya no son «niños».
Algunas terminaron con detenciones, con alcoholismo, con ganas de mostrar sus cuerpos al mundo. Otros, simplemente hacen lo mejor por mantener un bajo perfil. Sea como sea, el estigma de los «chicos y chicas Disney» parece no desaparecer.
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