«Me entrego porque estoy cansado de comer carne humana«. Esa fue la confesión que realizó un hombre al presentarse ante el Destacamento de Policía y reconocer uno de los delitos que había estado cometiendo en los últimos años. La admisión dejó boquiabiertos a los oficiales que lo escucharon en el departamento de Estcourt, al noreste de Durban, en Sudáfrica.
Pero eso no fue todo. Ante las autoridades se presentó no solo con esa frase. Consigo llevaba una pierna y una mano perteneciente a un cadáver en descomposición. Era la prueba que decidió exponer para autoincriminarse. Y que le creyeran.
De inmediato, los oficiales lo rodearon y le ordenaron que lo llevaran a su vivienda en Rensburgdrift, donde hallaron más restos humanos. En el interior de la propiedad había otros tres hombres que fueron detenidos bajo el mismo horroroso delito. Entre ellos se encontraba un tradicional sanador, quien formaba parte de los ritos alimenticios, según consignó ENCA.
La vocera de la Fiscalía Nacional, Natasha Ramkisson-Kara indicó que los cuatro hombres deberán presentarse ante la corte de Estcourt la próxima semana, donde pedirán libertad bajo fianza. Ayer, en la Corte de Magistrados escucharon los cargos por violación, asesinato de una mujer a quien luego comieron. La fianza estará por verse.