Sabemos que al final lo que nos aguarda es la muerte y dentro de lo posible, la mayoría deseamos que, de llegarnos el día, nuestra ida sea lo menos dolorosa e insufrible.
1. Deshidratación
Tomar agua no sólo es un consejo de salud, nuestro cuerpo es sabio y nos hace saber cuando la necesita. Los líquidos ayudan a que la sangre fluya, la piel se hidrate y a arrojar todas las toxinas al orinar. Por el contrario, si el cuerpo se deshidrata comenzamos a sentirlo inmediatamente, pero lo peor es que las células del cerebro también sufren, y eso es malo.
Cuando tu cerebro se ve afectado comienzas a delirar y a sentirte mareado; los dolores de cabeza son insoportables y, en última instancia, caerías en coma, hasta que cada órgano de tu cuerpo deje de funcionar. Peor aún, el cerebro se encoje dentro del cráneo, ocasionando muerte cerebral
Mientras todo eso sucede, los órganos también se encogen, comenzando por riñones, pues ya no podrán manejar la toxicidad y la sangre se convierte básicamente en veneno. Uno por uno, cada órgano del cuerpo se va apagando. Todo esto sucede en aproximadamente dos semanas.
2. Inanición
Morir de hambre es una de las peores maneras de morir. Por millones de años, nuestro cuerpo ha evolucionado para protegernos y adaptar el metabolismo a condiciones externas.
Cuando tu cuerpo se enfrenta a la inanición comienza a aprovechar el almacenamiento de grasa para intentar tener energía. Cuando esta se acaba, el cuerpo comienza a quemar el músculo.
Después de eso es peor, pues necesitamos más energía, pero ya no hay nutrientes y vitaminas que ayuden. Así nos hacemos vulnerables y hay riesgo de contraer enfermedades más rápido. Si no consigues morir por infección, te enfrentarás a un periodo de fatiga y apatía debido a los niveles insuficientes de electrolitos. Una vez que todos los músculos, la grasa y los órganos han sido canibalizados, el cuerpo irá tras el corazón, y a continuación se produce un paro cardíaco.
Es un ciclo brutal, pues básicamente es tu cuerpo comiéndose así mismo para intentar seguir vivo, pero es el proceso lo que te domina.
3. Crucifixión
A la luz de la Pascua que acaba de terminar, esta forma de ejecución es una de las más barbáricas. Mientras que la mayoría piensa que la peor parte son los clavos en las manos y pies, y la exposición, no es así. Es lo que sucede después, por lo que a los romanos les encantó.
Cuando una persona es clavada en la cruz, intentarán instintivamente apoyar su peso en sus manos y pies lesionados, pero al final su fuerza se acaba; sus piernas fallan, los brazos salen de sus órbitas y el pecho cuelga. Esto hace que sea imposible exhalar completamente y que los niveles de dióxido de carbono en el cuerpo aumenten hasta que se asfixie.
Todo este proceso podía tomar horas, incluso días, y representaba una fuente de entretenimiento para los romanos.
4. Insomnio
No dormir es una forma de morir indirecta, pero desagradable. Primero, la privación del sueño puede hacer que los reflejos y procesos cognitivos se vean afectados, de modo que podrás cometer errores o causar accidentes. A largo plazo, la privación del sueño también puede afectarnos, pues nuestro cuerpo no está recuperando y reiniciando de la jornada. Para que conste, 11 días es lo más que puede aguantar el ser humano despierto, así lo afirma una investigación realizada por Randy Gardner, en 1964.
Por otro lado, existe una condición llamada insomnio familiar fatal, que es una condición genética que resulta de un prión mutado en el cerebro. Sólo 40 familias en el mundo han sido confirmadas en padecerlo, y sólo 100 personas han sido afectadas. Si lo padeces es una condena de dos años en los que sentirás pánico, ansiedad, alucinaciones, pérdida rápida de peso, pérdida completa del sueño, demencia y, finalmente, la muerte.
5. Quemado
De todas las posibles maneras de morir esta es la menos preferible por la mayoría de las personas. De hecho 9 de cada 10 dicen preferir morir congelados que quemados. Esto explica por qué la quema de personas vivas era un método popular de ejecución en aquellos días inquisitivos, por no hablar de las personas que pierden sus vidas en accidentes que incluyen explosiones o cuando se queman las casas, ese tipo de eventos fortuitos.
Si eres lo suficientemente afortunado, los vapores tóxicos te matarán primero. En accidentes de este tipo, el 75% de las personas mueren por aspirar monóxido de carbono, lo que es un pequeño alivio, ya que no sentirás cuando las llamas se apoderen de tu cuerpo.
Si esto no sucede, es posible que estemos por experimentar la peor muerte de todas. Piensa en la última vez que sufriste una quemadura; ahora imagina que el proceso se las llamas/calor están estimulando los nervios y cocinando tu carne que, en realidad, esto aumenta la sensibilidad al dolor de la piel (es como la defensa natural del cuerpo para sacarte de allí).
Después de que la primera capa se quema, un dolor más profundo, más terroso comienza cuando los músculos comienzan a endurecerse y comienzas a oler cómo tu cuerpo se cocina. Finalmente, la pérdida de sangre y líquidos hará que su corazón se detenga.
6. Silla eléctrica
Por otro lado existe la silla eléctrica, que es 1000 veces peor. A medida que la corriente eléctrica recorre tu cuerpo, el corazón se detiene, la sangre hierve y el sistema nervioso se vuelve loco, causando asfixia y cambios fisiológicos que no han de ser nada bonito de sentir y presenciar.
Y aunque creas que es rápido, no es así. Algunos informes indican que, a veces, la corriente es demasiado baja, por lo que el proceso es lento y doloroso.
7. Radiación
No importa que las películas de superhéroes nos hayan dicho que la exposición a la radiación nos dará superpoderes, la realidad es que morirás de una manera dolorosa.
Si nos exponemos a la radiación, obtendremos, esencialmente, una dosis de algo que arrancará átomos y moléculas, y hará que nuestro cuerpo se descomponga. La gravedad de la degradación depende del tipo de dosis y el tipo de radiación. Pequeñas dosis ocasionarán náuseas, dolores de cabeza, vómitos, fiebres y erupciones cutáneas. Dosis más altas hacen que las células se degraden y las células sanguíneas mueran. Esto significa que el sistema inmunológico se debilitará, pudiendo desarrollar hemofilia, la piel se ampollará y comenzará a reventar.
Además de los síntomas físicos, también hay daños neurológicos, temblores, convulsiones, dolor insoportable y su ADN está irreparablemente mutado. Entonces morirás.
LGV