Todos sabemos que no existe una forma única ni una receta perfecta que conduzca a que nuestros hijos, una vez llegados a la adultez, alcancen el éxito en su vida, sin embargo, hay técnicas que pueden contribuir a que se presenten todas las oportunidades que necesitan.
Jeff Haden, uno de los autores más prolíficos en el ámbito de la psicología y la motivación profesional, defiende el arte de la persuasión como una capacidad clave a desarrollar en los niños para describir de forma efectiva los beneficios y la lógica de una idea para lograr un acuerdo mutuo.
Con el fin de que cualquier niño aprenda a manejarse con esta habilidad, Hayden propone ocho métodos con los que los padres pueden ayudarles para el día de mañana. Además, son una serie de estrategias que merece la pena conocer a cualquier edad.
La importancia de los pequeños logros
En cualquier argumentación, ir poco a poco merece la pena. Enseñar a tus hijos a no apresurarse cuando quieren decir algo les valdrá para conseguir muchos beneficios a lo largo su vida. Al no saltar directamente a la esencia del asunto, sino al comenzar con premisas con las que el público estará de acuerdo, las posibilidades de persuadir a la otra persona aumentan.
Está bien posicionarse
Si bien confiamos en los datos y el razonamiento, estos no siempre son lo más útil en una discusión. De acuerdo a Haden, las personas prefieren ser persuadidas por un hablante seguro de sí mismo. Es aquí donde recae la importancia de enseñar a niños valientes, reflexivos, sin miedo a decir lo que piensan y que son reafirmados en sus pensamientos y creencias de forma positiva.
La velocidad del habla
En ciertas situaciones, hablar rápido funciona. En otras, no tanto. Un estudio publicado por la ‘Society of Personality and Social Psychology’ asegura que si quieres convencer a una audiencia propensa a estar de acuerdo, vale la pena conversar despacio. De lo contrario, la rapidez es la mejor aliada, ya que les dará menos tiempo a formar sus propios contraargumentos. Es un pequeño truco que pueden utilizar en las presentaciones en el instituto, pero que a la larga les ayudará también el ámbito laboral.
Cómo reflexionan los demás
En las etapas tempranas de la vida tendemos a actuar como si el resto estuviese en nuestra misma onda. Para entenderlo mejor Hayden pone el siguiente ejemplo: durante su juventud le proponía muchas ideas a su jefe y como esperaba una respuesta inmediata, este siempre optaba por lo seguro: “No”.
Hacerles entender que todo tiene sus pros y sus contras no solo les hará más persuasivos, sino que también les hará razonar mejor
Al parecer, el jefe necesitaba más tiempo, puesto que su forma de razonar funcionaba de forma diferente, algo que no todos los jóvenes valoran. Al contrario, si el que tienes enfrente no está para mucha reflexión, espera una decisión rápida y sigue adelante.
Hay que dejarles ser auténticos
Seguro que más de una vez ha salido el tema de los tacos en casa. Soltar palabrotas sin razón no tiene sentido. En cambio, a ti quizá te ayuden (tampoco hay que pasarse y hay que tener en cuenta el contexto) para inculcar una sensación de urgencia e importancia a quienes te están escuchando. En resumen, Haden apuesta por utilizar la esencia de este ejemplo y enseñar a los hijos a ser ellos mismos. La autenticidad siempre es más persuasiva que la impostura.
El lado positivo
Aunque en ocasiones creemos que con un estilo amenazador y que infunde el miedo es más posible influir en la opinión de las personas, debes evitar enseñarles a tus hijos a que usen la violencia o la intimidación como formas de persuasión. Los estudios demuestran que una persona que busca llegar desde aristas positivas, tendrá más éxito en el cambio de opinión de otra.
Compartir lo bueno y lo malo
Hacerles entender que todo tiene sus pros y sus contras no solo les hará más persuasivos, sino que también les hará razonar mejor. Según el profesor de la Universidad de Illinois Daniel O’Keefe, presentar un tema con lo bueno y lo malo es más persuasivo que limitarse a un único argumento. Las ideas perfectas no existen. Por eso, vale la pena que los jóvenes sepan enfrentar, debatir y superar los puntos negativos de sus pensamientos de frente.
Enséñales a tener razón
Las personas persuasivas entienden que importa el envoltorio, pero saben que el mensaje es mucho más importante. Enséñales a ser claros, concisos y al grano.
Y tu ¿qué consejos les darías a tus hijos?
Con información de El Confidencial.