Las anti-dietas del verano

Otra vez como todos los años, nos ha pillado el toro y nos hemos olvidado de la Operación Bikini por completo, y estamos ya aquí en Agosto, sin los deberes hechos, y a punto de irnos de vacaciones a lucir lorzas veraniegas

Las anti-dietas del verano

Autor: Ciudadano

Mother And Adult Daughter Enjoying Slices Of Water Melon

Otra vez como todos los años, nos ha pillado el toro y nos hemos olvidado de la Operación Bikini por completo, y estamos ya aquí en Agosto, sin los deberes hechos, y a punto de irnos de vacaciones a lucir lorzas veraniegas. Y es que lo que no hemos hecho durante todo el año no lo vamos a hacer ahora, así que lo mejor es olvidarse (un poco) de esos kilos de más y disfrutar (mucho) de lo que nos depara el verano. Comida incluida.

Porque tu alimentación y tu dieta durante esta semana, quincena o mes de desconexión va a variar considerablemente dependiendo de dónde pases tus vacaciones, porque como todos sabemos, no se come igual quedándote en la ciudad trabajando que yéndote a pasar unos días al pueblo, o chiringuiteando en la playa…

¿Cuál es tu plan de este verano?, ¿qué dieta vas a seguir?

LA DIETA DE LA CIUDAD

Este año las vacaciones han sido para otros, o bien te han tocado tan tarde que para cuando quieras irte al resto de tus compañeros se les ha quitado hasta el moreno. Así que como te quedas en la ciudad has decidido aprovechar todo lo que ésta tiene que ofrecer, pero también has decidido que vas a comer sano en la oficina. El postre y la ensalada que te tomas entre semana se compensan con esos platos con foie y cebolla caramelizada que te vas a meter p’al cuerpo el fin de semana. Todo aderezado con unos gin tonics en las terrazas más exclusivas de la ciudad, porque no olvidemos las ventajas de pasar el verano en la ciudad, y es que, al menos Madrid, ¡está vacío! Podrás aprovechar para ir a La Latina los domingos y ponerte de vinos, cañas y tapas hasta las cejas, podrás tener mesa en todos los nuevos restaurantes que han abierto en los últimos meses y podrás disfrutar de las mejores vistas de la ciudad desde todas esas terrazas a las que nunca habías ido antes…

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LA DIETA DE LA PLAYA

Tú, sí tú, eres una de las esas afortunadas, este verano ha tocado playita, y ya llevas la bolsa de la playa llena con todo lo que necesitas. Te preparas algo de fruta, la botella de agua fresquita, lista para pasar un día de sol y mar, pero claro, ahí está el kioskito, ay, el kioskito, con su cerveza fría, sus chopitos, su paella, sus helados…Porque no lo neguemos, en la playa hace calor, y el calor da sed, y la sed da hambre, y al final el chiringuito más cutre te parece el paraíso gastronómico porque cuando el hambre aprieta todo vale. Y tú te has llevado tu fruta a la playa pero, ay amiga, que no es tan fácil resistirse a esas cañitas para mitigar el calor, con sus tapas, y su postre… Y luego ya si eso te tomas la sandía para bajarlo todo un poco porque cuando te quieres dar cuenta estás tumbada en la toalla al sol diciendo ‘Qué calor…, pero a ver quién es el guapo que se levanta ahora para meterse en el agua…’.

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LA DIETA DEL PUEBLO

El pueblo. Ese lugar al que vas varias veces al año a ver a los abuelos y a cebarte como si te estuvieran preparando para la matanza. Da igual que sea verano, haga 40º a la sombra y tu abuela te prohíba salir de casa hasta que a las 7.00 baje un sol, la comida será como en cualquier momento del año: cazuela, croquetas, tortillas de papas de 5 cm de espesor, ensaladas con unos tomates que serían la envidia de cualquier tomate de ciudad, pan de hogaza, mermelada casera, pastel de cholo… De postre tu abuela ha hecho flan, y esta tarde, cuando te permitan volver a salir a la vida social a partir de las 7.00, son las fiestas del pueblo, y de vas a poner a tomar, y comer como loca

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LA DIETA DEL TURISMO

Este año has decidido que estás de playa y arena hasta el moño y has optado por hacer turismo de ciudad. Que no turismo en tu ciudad, si no que has optado por grandes ciudades europeas, tal vez americanas, en las que pasar tus días paseando y viendo todo lo que puedas ver, y más. Tienes la teoría de que con todo lo que vas a caminar no vas a engordar ni medio gramo, y opinas que es mejor comer ligero sobre la marcha para no perder tiempo de ver cosas. Pero claro, ¿cómo vas a ir a París y no tomar vino?, ¿y queso?, ¿y baguette?, ¿y croissants? O a ver quién es la guapa que se va a Italia y no toma 4 pizzas y 3 platos de pasta. Y un tiramisú de postre… ¿Y New York?, ¿quién vuelve de New York sin haber probado varias hamburguesas, bagels, cupcakes y hot dogs en puestos callejeros? Lo bueno que tiene la dieta del turista de ciudad es que engorda algo menos, porque al fin y al cabo, algunas calorías sí que quemas mientras te pateas la ciudad de arriba abajo…

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En definitiva, vayas donde vayas, disfruta del verano, de las vacaciones, del sol, de la playa, de la montaña, del pueblo, del novio o la novia, de los amigos, de la familia… Y disfruta también de la comida, que aunque obviamente tenemos que comer sano y preocuparnos por nuestra salud, no podemos dejar de disfrutar!


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