Bastó con que alguien vomitara en una sala para que retiraran uno de los tráilers más asombrosos en la historia del cine. Bueno, en realidad fueron varias personas, pero ¿de verdad era necesario privar a la gente de tal arte sólo porque eran tiempos, todavía, de fatídicas impresiones? Comparado con los spots asquerosos que hoy existen y que te cuentan todo el filme en un minuto y medio, esta pieza promocional era de verdad una producción sublime que ya no se ve con facilidad; sin embargo, los años eran otros y el público no lo soportó. Y si no tuvieron estómago para un simple adelanto, podemos imaginarnos lo difícil que fue terminar aquella cinta de la que pronto nacieron mitos, especulaciones y creencias sobrenaturales.
William Friedkin, director de la película, es parte de quienes aseguran que eventos paranormales y llenos de extrañeza inundaron al set. Cuentan que nueve personas fueron víctimas de tal poder. Jack MacGowran entre estos. Incluso, corrió por años el rumor de que la protagonista, Linda Blair, quien interpretaba a Regan MacNeil, había muerto por una supuesta maldición –cuando no una posesión en sí– a consecuencia de la diabólica filmación. Mas, ¿sabemos realmente qué pasaba en las locaciones? ¿Lo importante que fue este proyecto para Georgetown? ¿El fenómeno que se creó entre los habitantes y la emoción que suscitó para el equipo de realización?
Tras el lanzamiento de una edición conmemorativa del 25 aniversario, y una reedición para su cumpleaños 40 para 2013, se ha ensanchado el registro público que se tiene en torno a su filmación, las buenas relaciones que se gestaron entre sus participantes y la mediana desmitificación de sus maldiciones. Entre ellas se muestra, por ejemplo, el carácter lúdico que siempre tenía Friedkin con sus protagonistas.
Cuentan que para filmar la famosa escena donde el Padre Karras sale disparado por la ventana para caer por la callejuela en escalinata, mismas que se encuentran entre la calle M y Prospect, se vendieron “lugares” en las azoteas vecinas y que los lugareños fueron testigos de cómo se ponía un fin temporal a esa historia que marcó un antes y un después en el horror. El pueblo quedó agradecido y fue entonces partícipe directo de una de las cintas más influyentes en la historia, misma que contó con uno de los mejores soundtracks de terror sobre el mundo que ama a dicho género.