En el universo de los ricos y famosos es casi normal, podríamos decir, que una vez cada tanto sometan su rostro y su cuerpo a algunos «trabajitos» estéticos que, como veremos a continuación, no siempre resultan bien.
Aquí, las cinco peores adictas al bisturí:
Renée Zellweger: ¿Qué le pasó en la cara a Bridgete Jones? La simpática británica que conquistaba corazones por ser «justo de la manera en que era» – frase que el galán de la película, Colin Firth, utiliza para enamorarla- se desfiguró completamente luego de pasar por el quirófano hasta quedar irreconocible. Me pregunto cómo harán para filmar la tercer entrega de la saga que la tiene como protagonista.
Meg Ryan: La eterna novia de Tom Hanks en la pantalla grande fue la actriz preferida de muchos durante la década del ´90 y la niña mimada de las comedias románticas. El paso de los años no le han hecho tan bien como a su co-estrella masculina quien, además de seguir apareciendo en grandes producciones, lleva dignamente su edad.
Lindsay Lohan: Parece que en Hollywood no es necesario pasar de los 30 para arruinarse compulsivamente los rasgos faciales. Hace algunos años atrás, la ex chica Disney dio de qué hablar tanto por sus escándalos referidos a adicciones y amoríos como por su transformación estética. Pero si hay algo que la pelirroja no cambia es saber aparecer en las primeras planas de los medios: hace pocos días anunció que en las próximas elecciones iba a postularse como candidata a presidente.
Lara Flynn Boyle: la jovencita que se vería envuelta en un sórdido asesinato en la serie de culto Twin Peaks gozaba de una belleza única que no pasó desapercibida ni fuera ni dentro de las pantallas: Kyle MacLachlan, quien cumplía el rol del Agente Cooper, fue su pareja durante los ´90. Hoy, Lara Flynn Boyle, de 45 años, luce las consecuencias de los «retoques» que se practica desde 2007.