La vida de los futbolistas va más allá de los terrenos de juego y de las sesiones de entrenamiento. Solo se ve en ellos su talento y sus millones, pero detrás de esa imagen de seres sobrenaturales existe un pasado y una historia de lo más trágica.
Franck Ribéry
Al nacer, sus padres lo abandonaron en un convento de monjas y dos años más tarde sufrió un accidente de tráfico del cual salió disparado y su rostro dio contra el parabrisas. El choque le causó serios cortes en la cara, de los que quedaron las cicatrices que hoy en día luce en su rostro. “De pequeño se burlaban de mí y me escondía en un rincón a llorar. Pero eso me ha ayudado en la vida”, relató el propio futbolista. Además, debido a su mal comportamiento fue expulsado del convento. Hoy en día, Ribéry ha cosechado multitud de títulos con equipos como el Olympique de Marsella y el Bayern de Múnich.
Carlos Tévez
La vida de Carlos Tévez ha estado marcada desde pequeño por la tragedia. A los 5 años perdió a su padre, quien murió tras recibir 23 balazos en un tiroteo. Carlos no tenía el apellido de su padre y su madre, Fabiana Martínez, lo abandonó con tan solo seis meses, por lo que fue criado por sus tíos maternos, Adriana Martínez y Segundo Tévez. Con 10 meses le cayó agua hirviendo en el cuello y parte de la cara, pero la cosa fue a peor cuando decidieron llevarlo al hospital tapado con mantas, las cuales quedaron pegadas a su piel. Tras unos meses de terapia, Carlos Tévez se recuperó de una tragedia que podría haber sido mortal y de la que le quedó una huella en su rostro. Ya en el Manchester United recibió la mala noticia de que su hermano biológico y su cuñado fueron encarcelados por intentar robar un camión blindado. Tiempo después, su padre adoptivo fue secuestrado y posteriormente liberado. Pese a todos estos malos momentos, Tévez ha demostrado que es un gran jugador.
Oscar Pistorius
El deportista paralímpico Oscar Pistorius estaba considerado todo un ejemplo de superación hasta que en febrero de 2014 fue acusado del asesinato de su novia Reeva Steenkamp por unos disparos en la cabeza. Tras un mediático juicio, Pistorius fue condenado a cinco años de prisión. Con 11 años, Pistorius perdió la parte baja de sus piernas porque nació sin peroné. Desde los 17 años fue considerado uno de los atletas más grandes de la historia de Sudáfrica, cuando se hizo con la medalla de oro en los 200 metros planos de las Olimpiadas Paralímpicas de Atenas 2004. Con 15 años su madre murió a causa de una reacción alérgica a un tratamiento de malaria. Ella siempre fue su gran inspiración y la que la apoyó en todo momento.
Andy Murray
El tenista escocés sobrevivió de niño a un tiroteo en su escuela. Fue el 13 de marzo de 1996, cuando Thomas Watt Hamilton entró armado en el colegio Dunblane (Reino Unido) y mató a 16 niños y una profesora. Se trató de la mayor matanza de niños en la historia de Inglaterra. Murray se salvó escondiéndose junto a su hermano bajo la mesa del jefe de estudios. Actualmente, Murray es el número tres del mundo, según el ranking de la ATP, pero podría haber sido una de las víctimas de aquel asesinato. “Varios de mis amigos murieron, sólo tengo pequeños recuerdos de aquel día, también recuerdo que minutos antes cantamos canciones en clase”, recuerda Murray.
Hope Solo
Antes de alcanzar la gloria con la selección femenina de Estados Unidos, Hope Solo tuvo que afrontar una difícil infancia. La portera internacional fue concebida en la cárcel, en una visita que hizo su madre a su padre. Su progenitor era un delincuente y su madre tenía problemas con el alcohol. Con 7 años, su padre la raptó junto a su hermano, hecho por el que volvió a ser encarcelado. La relación con su padre no fue buena hasta que en tomó la decisión de cambiar y acudía a todos los partidos de su hija. En 2007, cuando viajaba a Nueva York para verla jugar, un ataque al corazón acabó con su vida.
Mario Balotelli
La vida de Balotelli ha estado repleta de dificultades. Con tan solo dos años se le detectó una dura enfermedad intestinal que padecía desde su nacimiento y como sus padres, de origen ghanés, no tenían los recursos necesarios, tomaron la decisión de solicitar ayuda de los servicios sociales. En vistas de que el pequeño y sus hermanos estaban viviendo en una casa con 20 inmigrantes más, Mario fue dado en adopción a la familia Balotelli. A partir de ahí la relación con sus padres biológicos se fue deteriorando. Tal vez su infancia ha influido en su carácter tan conflictivo.
Antonio Puerta
Otros deportistas tuvieron un final trágico. Este es el caso de Antonio Puerta, quien sufrió un desmayo como consecuencia de un paro cardiorespiratorio durante un partido entre el Sevilla y el Getafe FC. Pese a salir por su propio pie del terreno de juego, en los vestuarios volvió a sufrir cinco desmayos más. Al día siguiente, los médicos confirmaron que el jugador se encontraba en situación “muy grave”. Tres días después, Antonio Puerta fallecía por una encefalopatía postanóxica. El futbolista estaba a punto de ser padre, ya que su novia estaba embarazada de ocho meses.
Juan Guillermo Cuadrado
Tenía tan solo 4 años cuando Juan Guillermo Cuadrado tuvo que esconderse debajo de la cama al escuchar un tiroteo en el municipio de Necoclí (Colombia). Al salir de su escondite halló a su padre muerto en el suelo. A partir de ahí se quedó solo con su madre, quien lo crió mientras trabajaba en las bananeras y estudiaba bachillerato por las noches con el fin de poder conseguir un trabajo mejor. Por eso, cuando el actual jugador del Chelsea triunfó como futbolista le dijo a su madre que nunca más volvería a trabajar.