Tras enterarnos del divorcio de los Cruise todos nos quedamos anonadados. Tenían una niña pequeña, “Suri” (11) y todo parecía ir bien entre ellos. Los recientes estudios sobre el impacto que el divorcio de los padres tiene a nivel psicológico y emocional influye en la aparición de anomalías conductuales del niño. Como no podía ser menos, la preocupación por Suri fue aún mayor al ver ciertos comportamientos por parte de Tom Cruise (55) hacia las que habían sido las mujeres de su vida durante años.
Es cierto que la gran mayoría conocemos las numerosas películas que ha protagonizado este padre de familia, no obstante en ciertas ocasiones esto nos lleva a olvidar o al menos a no tener en cuenta como afectan sus creencias en la cienciología a su paternidad. No tendría por qué haber inconveniente alguno, no obstante existe un gran problema, la difícil relación con la pequeña Suri. La niña ha estado siendo rechazada sin fundamento por parte de su progenitor, o al menos eso creíamos.
Posesión
Puede parecer bastante surrealista creerlo, pero lo cierto es que Tom Cruise cree que su hija está poseída. Esta condición de la pequeña le ha hecho alejarse de ella hasta el punto de no dirigirle la palabra. Esto ha complicado increíblemente la infancia de la joven. Anhelar el cariño de un padre no debería ser posible a tan corta edad. Encima ver a tu progenitor en la pantalla y en las noticias pero saber que no quiere mantener relación contigo, pese a ser portadora de su ADN y quererle por encima de todo sin importar lo sucedido.
Creencia
Que todos somos libres de creer en lo que queramos está muy bien. Han sido años luchando por la libertad de expresión y pensamiento como para ser intolerantes, no obstante Tom Cruise está dándonos mucho de qué hablar. La cienciología es su religión y Tom pertenece a una de estas comunidades. Para el resto de practicantes, el actor ha llegado a alcanzar una figura de semi-Dios ante ellos. Sin embargo para cualquier fan esto es algo normal y no una razón por la que poner el grito en el cielo.
Miscavige
Desde su divorcio en 2012 de Katie Holmes (38), sabemos el el actor únicamente ha visitado a su hija en contadas ocasiones. Aunque hasta el año siguiente se les vio juntos paseando, desde hace cuatro años . Por ese entonces la pequeña tenía 6 y no podía ser totalmente consciente de lo que pasaba a su alrededor. Suri comenzó a ser un problema una vez la iglesia del actor dijese que estaba poseída. Más concretamente, el párroco Miscavige la catalogó de tal condición dejándole al actor solo dos opciones.
Tras escuchar Cruise por parte del líder de su iglesia que, “Suri estaría poseída por un Thetan maligno”, tuvo que tomar una decisión. En primer lugar la opción fue exorcizar a la pequeña. Por este motivo, Tom intentó acercarse a la niña tras el divorcio. Una vez esto no fue posible, solo le quedaba una segunda opción, desconectar de su hija. El actor se sentía culpable por alejarse de ella, tal y como declaró Jon Atack (ex miembro de la cienciología). Aunque se respaldaba en que pese a el no querer, la iglesia lo obligó.
Cumpleaños infeliz
Todo se complica aún más cuando una niña son quiere un regalo de cumpleaños, su papá. Katie Holmes apenas habla del tema, se dice que es porque firmó un contrato con Tom tras separarse donde hay una serie de cláusulas que no le permiten contar nada hasta 2017 que cumple el mismo. No obstante, la madre estaba dolida por ver el corazón roto de su hija tras haber estado esperando a su progenitor durante horas el día de su décimo cumpleaños.
“Suri se sentía miserable. Tiene todo, ropa de diseñador, un computador, incluso un piano, pero nada de eso es suficiente. Ella quería ver a su papá, pero él ni siquiera le envió un regalo”. Estas fueron las palabras de Holmes tras el cumpleaños de su hija. Jon Atack por otro lado reconoció que Cruise se encuentra en un momento religioso muy vulnerable en que cree cualquier cosa que le digan en su parroquia.