Organizaciones de derechos humanos exigen que se le aplique la cadena perpetua.
Bajo el pretexto de que le daría un regalo, Rafiqul Islam, de 30 años, amarró a su esposa para cortarle los dedos de las manos y posteriormente tirarlos a la basura con el objetivo de impedirle que siguiera estudiando.
Hawa Akhter, de 21 años y residente de Dacca, Bangladesh, sufrió además violencia intrafamiliar durante años y, ante la negativa de abandonar su carrera universitaria, se enfrentó al machismo y sexismo de su pareja.
Ahora, el agresor enfrenta cargos por desfiguramiento permanente y distintas organizaciones de derechos humanos exigen que se le aplique una pena de cadena perpetua.
Según informes de Amnistía Internacional, se registraron 671 casos de violencia en contra de mujeres y niñas en Bangladesh, ocurridos de 2016 a lo que va del 2017, sin contar los que no se denuncian.