Cansado de que le robaran sus envíos por correspondencia, el humorista Tom Mabe ha trazado un malévolo plan para vengarse del ladrón: una caja explosiva llena de caca. Ni más ni menos.
En EE.UU es relativamente habitual que, en caso de ausencia, el repartidor deje tus paquetes en el porche de entrada, confiando que el destinatario lo encontrará cuando llegue a casa.
En los últimos tiempos -sobre todo desde que Amazon se ha convertido en el rey indiscutible del reparto a domicilio-, el número de robos de paquetes enviados por correspondencia se ha disparado.
Los amigos de lo ajeno han encontrado un verdadero filón en este tipo de robos, pues suele tratarse de objetos electrónicos o de valor que pueden revenderse fácilmente. Para colmo, el robo no ofrece apenas resistencia. Al menos hasta ahora.
Venganza mal oliente
El plan es el siguiente: Tom ha colocado un paquete de broma en la puerta de su casa para cazar al ladrón. En su interior, se oculta un resorte accionado por control remoto, y un montón de estiércol fresco listo para saltar.
¿Qué ocurrirá? Las cámaras de seguridad de Tom nos van a mostrar lo ocurrido, pero os podemos decir que la venganza es un plato que huele muy mal.
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