«¿Por qué voy yo a violar a alguien si tengo a todas las tías que quiero?». Esta es la frase que más ha repetido Ignacio Allende Fernández durante los 193 días que ha estado encerrado en la cárcel de Estremera (Madrid). Hoy, el actor y productor porno conocido como Torbe, está en libertad provisional.
El viernes por la tarde depositó los 100.000 euros de fianza que le requirió el juez. Dentro de la operación Narsés, Torbe está acusado de cuatro presuntos delitos: trata de seres humanos, difusión de pornografía infantil, abuso sexual de menores y un delito contra la hacienda pública.
Durante los siete meses que lleva entre rejas se han escrito muchas líneas sobre la oscura trama que envuelve al personaje de Portugalete, que se hizo famoso por sus vídeos disfrazado de sacerdote simulando sexo con colegialas. Y muchas han sido las chicas, algunas de ellas menores de edad, que han denunciado durante este tiempo supuestas extorsiones del productor para que salieran en alguna de sus escenas.
«Me obligó a realizar actos sexuales con él y también a participar en los siete bukkakes que hice con más de 50 hombres», explicó una ante el juez. Unos bukkakes -género pornográfico donde muchos hombres eyaculan sobre una persona-, en los que acusan a Torbe de someter a las jóvenes a vejaciones extremascomo tragarse el semen de todos los hombres que participaban.
También, supuestamente, el productor ofrecía a las chicas 200 euros por ir a su casa y que posaran para él mientras les hacía fotos eróticas. Después las amenazaba con hacer públicas las imágenes si no accedían a participar en los bukkakes y a grabar durante horas delante de sus webcams.»Tenía 16 y estaba con una amiga en el centro de Madrid. El hombre vino, me preguntó que si sabía quién era y me ofreció 450 euros por tener sexo con él. Es asqueroso», contó hace unos meses una chica llamada Sara.