Al parecer la globalización cultural acentuada por las distorsiones lingüísticas, unificadas, que inspira internet, terminará revirtiendo el castigo que impactó a la torre de Babilonia. O al menos eso es lo que sugiere el doctor John McWhorter en un artículo recién publicado en The Wall Street Journal.
Especialista en filosofía, música y estudios americanos de la Universidad de Columbia, McWhorter predice que 90% de las lenguas hoy vivas terminará por sucumbir durante el próximo siglo. De acuerdo con esta hipótesis, la fragmentación cultural motivada por la tendencia globalizante acabará por desahuciar a miles de lenguas pequeñas, dejando en el juego únicamente a las más grandes, entre ellas el chino, el inglés y el español.
Además, la concentración en grandes zonas urbanas monolingüísticas propicia que, al migrar de sus lugares de origen, las personas van olvidando o marginando sus lenguas originarias. Lo anterior es un proceso que ya viene confirmándose desde hace años en países con gran riqueza étnica, por ejemplo México, donde múltiples lenguas se han ido debilitando en favor de la lengua central, en este caso español.
Por cierto, el estudioso de Columbia también descartó la posibilidad de un mundo completamente monolinguístico ya que, más allá de la lengua en si, cada una de ellas es portadora de particularidades culturales que, aunque la tendencia es a uniformarse, difícilmente ese proceso alcanzará un estado absoluto. Es decir, a fin de cuentas las diferencias culturales terminarán cuidando una cierta diversidad lingüística –aunque esta se reduzca significativamente en las décadas por venir–.