Si todo sale bioen Chile tendrá en órbita el primer nano-satélite 100% nacional. El Dr. Marcos Díaz, integrante del este equipo, contó en CEFOP-UDEC cómo ha sido esta experiencia y las aspiraciones que tienen a futuro.
Queda poco más de un mes para que investigadores del Laboratorio de Exploración Espacial y Planetaria de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, puedan ver entrar en órbita a su creación, el primer satélite desarrollado completamente en nuestro país, y al que han llamado Suchai (Satélite de la Universidad de Chile para la Investigación Aeroespacial)
El Dr. Marcos Díaz, coordinador e integrante permanente del equipo a cargo de Suchai, visitó nuestro Centro, donde explicó que esta tecnología es una plataforma que tiene entre sus objetivos probar componentes y nuevas tecnologías para el espacio, “también es una plataforma rápida y barata de hacer experimentos. Hay personas que les gusta hacer ciencia, que quiere hacer cierta exploración a bajo costo, y esta es una es una buena alternativa”.
Paralelamente, si Chile apuesta por entrar a la carrera espacial, este proyecto es ideal para la formación de nuevos ingenieros y una opción de bajo costo para formar gente en toda la cadena de fabricación de un satélite, aseguró Díaz.
Este “cubesat”, será puesto en órbita por un cohete Falcon 9 de la empresa privada SpaceX, desde la plataforma ocupada por esa compañía en el sur de California.
Marcos Díaz explicó que si bien este sería el primero en entrar en órbita con “patente” chilena, esta tecnología está bastante desarrollada en Estados Unidos, Japón, Rusia y la Comunidad Europea. Sin embargo, no estamos tan atrás, “para países como nosotros, esto nos puede permitir entrar a los programas de mayor envergadura”.
Entre las aplicaciones que se pueden obtener con este tipo de nano-satélites, se cuentan la observación en distintas frecuencias, “puede ser óptica u otras, pero es la observación de la Tierra. Ahora, como estos son de menor de tamaño, los lentes son más pequeños, la calidad de la imagen es menor, pero si haces una constelación, al ser más baratos, puedes pasar más veces por el mismo lugar. Entonces, aunque se pierde resolución, los cambios los puedes ver más frecuentemente. En ese contexto puede ayudar, o complementar, a los satélites con mejor resolución espacial, diciendo “mira, aquí en esta zona está pasando algo entretenido, enfócate ahí”, señaló el ingeniero de la Universidad de Chile.
En su ámbito más académico, Díaz reflexionó que le gustaría ser capaz de aportar al país con capital humano y conocimiento para desarrollar un programa que permita tener una constelación para aplicaciones en el mundo civil chileno, “y ojalá coordinarnos a nivel latinoamericano, porque somos una comunidad similar, con problemas parecidos y somos muy dependientes de las potencias en este ámbito, de lo que nos entregan y nos venden”.