Los 12 mejores discos para entender que el blues no sólo es melancolía

El blues, efectivamente es tristeza, con certeza podemos decir que es melancolía, pero no sólo es eso; es revolución, lucha y creación

Los 12 mejores discos para entender que el blues no sólo es melancolía

Autor: B GS

El blues, efectivamente es tristeza, con certeza podemos decir que es melancolía, pero no sólo es eso; es revolución, lucha y creación. Éste ha mutado y se ha convertido en la base de toda nuestra música. La batalla que ha significado para nuestros deseos y nuestras sensaciones es un hecho ganado, pero que no para de innovar, que no se detiene; el blues no se deja impresionar y no permite ninguna confianza engañosa en su camino. Desde Robert Johnson y esos lamentos que siguen erizando la piel cuando nos cuenta sobre la segregación racial, hasta Rory Gallagher y el estruendo que significan sus notas, el blues no es una música para un público determinado, es alimento sonoro para el alma de cualquier humano que vive y siente en este mundo.

 
No hace falta viajar al Delta Missisippi para comprender el blues, como aseguran algunos; es suficiente con cerrar los ojos, dejar de pensar y sólo querer hallar un trecho que permita el libre tránsito de todo lo ocurrido en la historia propia. El blues es un espíritu que busca los hilos móviles de un corazón, de una musculatura dispuesta a abrazar su existencia y de una voz que no provenga de la garganta, sino que sea provocada por una energía legendaria de amar todo lo que nos rodea.
A continuación, esos álbumes que son increíbles e imprescindibles para comprender al blues en sus múltiples aristas, en todos los matices y colores que envuelve el ritmo más influyente en la historia de la música, en los rostros múltiples que tiene la composición más grandiosa jamás traída a la realidad.

“King of the Delta Blues” (1961) – Robert Johnson

La compilación más grandiosa de este cantautor norteamericano; está considerado como el álbum más influyente en la historia del género, ya que marca todos los horizontes alcanzables por la guitarra triste en una conciencia absoluta de que el blues significa espiritualidad total.

“West Side Soul” (1967) – Magic Sam

Álbum debut de una de las voces más poderosas en la historia del blues; esta pieza fundamental para el blues eléctrico es un sensible vestigio de cómo la música proveniente de Chicago también marcaría a nivel mundial la dirección de nuestras miradas.

“Born Under a Bad Sign” (1967) – Albert King

Poner este disco en una noche de tragos y amistad es escuchar a la modernidad misma. Sus notas son el registro perfecto de oscuridades, iluminaciones y salvaciones en un capítulo musical que lo contiene todo. Sin este álbum, definitivamente Jimi Hendrix no hubiera existido jamás.

“I Am the Blues” (19709 – Willie Dixon

Su título lo dice todo. Cualquier verdad es resumida en las palabras que nombran a este compendio de emociones cambiantes y sinceras; la calidad autobiográfica con que Dixon ofrece esta colección de temas es capaz de transportar todas sus anécdotas a la vida propia.

“Natural Boogie” (1973) – Hound Dog Taylor and The Houserockers

Para una madrugada siniestra y salvaje; gracias a este álbum el boogie es lo que es y hoy podemos decir con franqueza que para encontrar ese chispazo electrizante que en muchas noches se requiere, no hay más que Hound Dog y su compañía.

“A Man and The Blues” (1968) – Buddy Guy

Una guitarra majestuosa, tres saxofones excitados y un piano poseído por el mismo diablo de la música es lo único que se necesita para que este álbum se quede tatuado en tu memoria y en tu corazón. Elemento clave del blues para viajar por una multiplicidad deliciosa de emociones.

“Hoodoo Man Blues” (1965) – Junior Wells

Armónica y rebeldía es lo único que se necesita para sentir que este mundo no está preparado para nosotros; Wells es la voz que encarna toda esa energía necesaria para desafiar cualquier reto impuesto y cualquier carretera interminable.

“Fathers and Sons” (1969) – Muddy Waters

Otis Spann, Mike Bloomfield, Paul Butterfield y Buddy Miles, acompañando al viejo Muddy, son la mejor prueba de que músicos, hombres con el ímpetu por cambiar el sonido sin importar que fueran negros o blancos, podían sentir la fuerza del blues. Este disco es el producto final de esa experimentación.

“Moanin’ at the Moonlight” (1959) – Howlin’ Wolf

Si fuera necesaria una sola palabra para describir este ábum, esa sería “estremecedor”. Con el gran lobo al frente aullando las letras que Dixon creó, retando a las guitarras de Sumlin y erizando nuestra piel en cada nota, es el mejor ejercicio para comprobar que seguimos con vida.

“Let’s Hide Away and Dance Away” (1961) – Freddy King

¿El blues rock cuenta con una génesis específica? Por supuesto; ésa es este álbum que debe escucharse a un volumen lo suficientemente alto como cimbrar nuestras piernas y llevarnos a la euforia total del movimiento.

“At the Gate of the Horn” (1959) – Memphis Slim

34 minutos y nada más. Eso basta para que este disco sea una pieza entrañable y eterna que nos hace viajar por todas las teclas de un piano, descubriendo sueños, lamentos, alegrías, amores, enojos y rincones que no conocíamos de nuestro corazón.

“Dark Was the Night” (1998) – Blind Willie Johnson

Melancólico, sí, pero valiente y refugiado en el poder sobre la tierra, este álbum es la mejor muestra de góspel blues en nuestra historia; las instrumentalizaciones intensamente íntimas y testimoniales, hacen de este disco compilatorio  una declaración de supervivencia y respeto por la vida. Desde sus primeras producciones en los años 20 hasta sus últimos días en la pobreza, estas piezas son indispensables en la biblioteca de cualquier persona.

El blues está hecho para anclar los pies sobre la tierra, para disfrutar lo que venga sin importar los tropiezos o caminos sinuosos que se presenten. Es el inicio de todo lo que conocemos hoy y a él le debemos mucho de la música que conocemos. Para indagar más de este género, quizá te interese esta Breve historia del blues y aprender un poco de W.C. Hardy, el hombre que inventó el blues.

 

Fuente: Culturacolectiva


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