“Sospeché que me habían amputado algo, lo sentí”.
Leonor Harris fue profesora de Artes en una escuela en Puerto Williams, una pequeña ciudad ubicada en el extremo sur de Chile. Su vida era bastante normal hasta que, un día, empezó a sentirse muy enferma. Vomitó toda la noche y se sintió tan fría y cansada que al día siguiente tuvo que ser transportada en avión a la ciudad más cercana. Tan pronto como llegó, Leonor cayó en un coma profundo del que no se despertaría por tres meses.
Durante ese tiempo, los médicos no hallaban cómo explicar lo que estaba causando los síntomas. Al principio pensaron que podría ser una meningitis, pero más pruebas revelaron que el cuerpo de Leonor le faltaba un órgano vital: el bazo. De repente, todo quedó claro.
Leonor había se había infectado de una bacteria común llamada neumococo. En su caso, sin embargo, debido a que le faltaba el bazo, su sistema inmunológico estaba comprometido y la bacteria era capaz de atacar seriamente su cuerpo. La infección se propagó rápidamente y condujo a unanecrosis en sus extremidades.
El cuerpo de Leonor se estaba pudriendo y no se despertaba del coma. Para salvar su vida, los médicos tuvieron que tomar una decisión devastadora: amputar sus dedos, sus piernas y su nariz.
“Sospeché que habían amputado algo, lo sentí, pero no me di cuenta de que habían sido mis piernas, no tenía idea, no sentía nada. Sólo me enteré una mañana cuando un médico vino a examinarme y tiró los cobertores atrás para ver cómo las cicatrices en los muñones estaban sanando, entonces sabía que no tenía piernas y eso era lo peor de todo “.
-Leonor Harris
Después del terrible shock, Leonor tuvo que aprender a vivir con su nuevo cuerpo. Pero primero, ella quería algunas respuestas: ¿por qué no tenía un bazo? Buscando a través de sus archivos médicos, Leonor descubrió que había sido eliminado hace años cuando se sometió a una cirugía para extirpar un tumor benigno de su páncreas. ¡En todos estos años nadie le había contado nunca!
Leonor ahora está trabajando duro para adaptarse a sus limitaciones, pero no es fácil. Ella ya no puede enseñar, pero todavía es capaz de hacer juguetes y objetos artesanales que vende en línea. Hay algunas cosas que no puede hacer sin una prótesis, como caminar o usar tijeras.
Leonor actualmente está demandando al hospital donde su bazo fue removido sin su consentimiento para ayudar a pagar sus facturas médicas. Ella también tiene su propia página GoFundMe, donde la gente puede hacer donaciones.
Leonor espera un día volver a trabajar como profesora y, a pesar de todo lo que ha perdido, sigue siendo optimista. Ella va a rehabilitarse y está luchando para seguir adelante. “Cuando pasas por algo así y sobrevives es porque todavía hay algo que puedes hacer, poco a poco estoy descubriendo lo que todavía tengo que lograr y por qué todavía estoy aquí“, afirma para Hefty.
Si te interesa su historia puedes ver un reportaje que le realizó el portal 24 horas a continuación: