Los cuatro hipopótamos que el narcotraficante Pablo Escobar compró en los años 80 y 90 para su zoo privado, en la finca cercana al municipio colombiano de Doradal, ya suman 40 ejemplares, o incluso más y se han convertido en una verdadera pesadilla para el departamento de Antioquia.
Según David Echeverry López, biólogo de la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), la mayoría de los hipopótamos en cuestión se encuentran en la región del Magdalena Medio y también han sido detectados en el municipio de Puerto Triunfo de la misma zona, recoge RCN Radio.
Las autoridades ambientales no tienen claro cómo frenar la reproducción de los animales para liberar a Colombia de un problema tan pesado. Más allá de que los hipopótamos son animales salvajes y resulta peligroso acercarse a ellos, la esterilización es demasiado cara y trasladarlos a los zoológicos, tanto nacionales como internacionales, representa un serio problema logístico debido a sus dimensiones.
Los paquidermos suponen un riesgo para la biodiversidad colombiana, tanto si se ponen agresivos, como por tratarse de potenciales portadores de enfermedades que pueden matar el ganado. En general, representan un peligro no solo para la fauna nativa, sino también para los residentes locales.
«Puede haber una estampida o los pescadores del río Magdalena pueden verse afectados con la presencia de este enorme animal», indica Echeverry López. Según él, la posibilidad de trasladar a los animales a África tampoco parece ser la solución, ya que los hipopótamos colombianos pueden tener parásitos propios del entorno que habitan, lo que podría representar un problema ambiental para África.