Tomó mi cintura y lentamente acercó el rostro al mío. Lo vi tan cerca que cerré los ojos instintivamente y esperé a que sus labios rozaran los míos. Sentí su respiro cálido y los labios húmedos abriéndose para aferrarse a los míos. Estaban fríos, tan fríos que mis labios también se enfriaron. De pronto, algo se introdujo poco a poco dentro de mi boca. Algo mojado y extraño que en lugar de provocarme asco, hizo que mi corazón brincara y mi piel se excitara hasta erizarla.
¿Qué es el beso? Muchos prefieren describir la sensación que produce un beso con sólo decir que es un roce de las comisuras de los labios de dos personas, porque, en realidad, esta definición se queda tan corta que parece absurda. El beso no sólo es tocar los labios del otro; el beso provoca muchas sensaciones, el sentimiento con el que se da y la pasión que surge al darlo.
El beso es el instante más placentero que experimentamos. Un mínimo momento que genera un éxtasis infinito. Es el primer paso para unir los cuerpos, un “hacer el amor” instantáneo y efímero que produce una profundidad tan especial capaz de darnos una idea sobre la química que tenemos con la otra persona. Es el instante decisivo, el todo o nada que define si una pareja funcionará o no.
Muchos artistas han retratado este momento íntimo y significativo. Renacentistas, surrealistas, pop, simbolistas y de la secesión han interpretado el beso de distintas maneras. Para cada uno el beso significa algo distinto y también posee un valor singular.
Auguste Rodin, El beso, 1882
Al principio, Rodin buscaba representar la escena de la Divina comedia en la que el marido de Francesca la encuentra besándose con su amante y son condenados a errar por los infiernos. Sin embargo, el autor notó que la pasión que posee la escultura era contraria al sentimiento que debía surgir de la obra de Alighieri, por lo que mantuvo la relación con la obra en secreto y los espectadores la bautizaron como El beso.
Edvard Much, El beso, 1897
El expresionista alemán Edvard Munch pinta un beso en la oscuridad de una habitación, donde la luz casi invisible de la ciudad se cuela por una ventana y los amantes se funden en un beso. Hizo distintas versiones de esta pintura, sin embargo, en todas los cuerpos se hacen uno a través del beso infinito.
Henri Toulousse Lautrec, El beso en la cama, 1892
El pintor de burdeles y la vida nocturna parisina pinta su serie En la cama para adornar el prostíbulo de la rue d’Ambroise. En esta serie pinta a mujeres lesbianas que tienen consuelo unas con otras en lugar de los hombres con los que todas las noches deben acostarse.
Constantin Brancusi, El beso, 1907
Es la escultura de El beso la que logra representar un equilibrio perfecto entre fondo y forma en la obra de Brancusi. Es una obra que remonta al primitivismo y los primeros talladores, un monolito que nos hace comprender que cuando alguien se besa, los dos se vuelven uno.
Gustav Klimt, El beso, 1907
Probablemente la obra más famosa de este artista, El beso representa el espíritu vienés del fin de siglo y el retomar las tendencias naturalistas a través de materiales como la hoja de oro. Este cuadro engloba dos corrientes artísticas: La secesión vienesa (modernismo) y el simbolismo. Existen muchas hipótesis de lo que en realidad quiso decir Klimt con este cuadro, sin embargo, a simple vista se observa el sometimiento de un amante a su mujer con un enorme beso lleno de pasión.
Pablo Picasso, El beso, 1969
La obra de Picasso de esta época es poco conocida y sin mucho reconocimiento. Sin embargo, la riqueza del talento de Picasso nos permite disfrutar de obras como esta. Aunque ya no pertenece a una corriente pictórica específica, continúa siendo una de las más originales y sólidas de todos los pintores de la época.
Roy Lichtenstein, El beso, 1964
Artista pop que se dedicó a ilustrar sus obras como si fueran parte de un libro de cómics, con líneas que brindaban el efecto de haber salido de las historietas. Una de sus obras más populares ha sido esta, la que se ha reproducido y distribuido por todo el mundo.
John Baldessari, El beso, 1986
John Baldessari es considerado el “padrino del arte conceptual” como lo asegura Tom Waits. Uno de los artistas más relevantes en el arte pop y aquel que decidió quemar todas sus obras en 1970. Baldessari ha realizado performance, videos, pinturas, fotografías, instalaciones, esculturas, arte digital y una aplicación de celular.