Si bien el embarazo es una de las etapas más lindas de la vida, controlar el riesgo de padecer hipotiroidismo gestacional es vital debido a los grandes riesgos que puede traer consigo esta condición tanto para embarazadas como para el bebé que viene en camino.
Por lo anterior Romyna Larosa, endocrinóloga de la Clínica Detecta, explicó a El Popular que la tiroides es la glándula endocrina situada por delante del cuello que produce la hormona tiroidea, encargada de regular el metabolismo de todo el cuerpo.
Si bien existen diferentes alteraciones de la glándula, el hipotiroidismo ocurre cuando se produce de manera insuficiente la hormona tiroidea.
Entre los síntomas de esta condición podemos encontrar el cansancio o debilidad muscular, sensación de frío, aumento de peso inexplicable, caída de cabello, adormecimiento de manos y pies, estreñimiento e incluso depresión.
Es necesario destacar que la mujer embarazada que tenga vitiligo o diabetes, aumento de tamaño de la parte anterior e inferior del cuello, anticuerpos antitiroideos positivos o antecedentes familiares de esta enfermedad, tiene mayor probabilidad de padecer este mal.
Por lo anterior, el diagnóstico durante el embarazo es fundamental ya que el nulo tratamiento podría ocasionar pre-eclampsia y parto prematuro.
Entre los exámenes de sangre que el médico puede solicitar están la elevación de TSH (Hormona estimulante de la tiroides), descenso de T4 libre (Tiroxina fracción libre), además de síntomas o signos de hipotiroidismo y alteraciones psiquiátricas.
Finalmente, debemos destacar que el hipotiroidismo se controla con la ingesta diaria de pastillas de hormona sintética para reemplazar la que no secreta el organismo. En este periodo se debe repetir el test de función tiroidea cada 4 semanas, sobre todo, a la primera mitad del embarazo.
Vía: El popular.