El actor de “Rápidos y Furiosos” no murió instantáneamente, como se había dicho en 2013. Estaba vivo cuando su auto explotó.
Cuando Paul Walker murió en un accidente automovilístico el 30 de noviembre de 2013 en California, los peritos habían dictaminado que el actor de Rápidos y Furiosos había perdido la vida instantáneamente. Sin embargo, nuevas evidencias reveladas por el abogado de la familia del actor, Craig McClellan, apuntan que Walker seguía vivo tras la colisión.
Muchos creían que Walker había perdido la vida a causa del fuerte impacto. Sin embargo, después de cuatro años, McClellan confirmó que la estrella de Hollywood murió calcinado.
De acuerdo con McClellan, el actor quedó atorado entre el tanque de gasolina y el motor, pero aún respiraba cuando el vehículo se incendió.
Walker murió a los 40 años. Su amigo Roger Rodas iba manejando al momento del choque. Tanto la familia de Walker como la de Rodas demandaron a Porsche por el accidente con el argumento de que había sido ocasionado por defectos de fabricación y seguridad. Pero en abril de 2016, la Justicia determinó que Porsche no fue responsable del incidente.