Anushka Dasgupta es una joven estadounidense de origen hindú que un día cuando volvía a su hogar luego de asistir a clases, sintió que tod@s reparaban en su aspecto.
Según sus propias declaraciones en Instagram y Facebook
“No supe por qué era el centro de la atención durante una buena parte de mi camino, cuando una mujer me ofreció una toallita higiénica. Había manchado mis pantalones (con sangre)…era tarde y estaba sola en medio de la ciudad con una gran mancha roja a la altura de mi trasero y unos artísticos puntos rojos bajo el cierre de mis pantalones”…
Tras caminar hasta su hogar, lejos de avergonzarse decidió llegar y escribir esta respuesta que se ha vuelto viral:
Llegué a casa hoy cuatro minutos después de las nueve, luego de un largo paseo, un viaje de metro y 10 minutos en autobús. No hay nada inusual acerca de mi noche excepto por el hecho de que varias mujeres se acercaron a mí camino a casa y me pidieron que tirara mi camiseta hacia abajo, la mayoría de los hombres, me comieron con la mirada, todos los niños que encontré en mi camino no se dieron cuenta. Recién llegué a saber por qué yo era el centro de atención durante la mayor parte de mi viaje cuando una mujer (con buenas intenciones, estoy segura) me ofreció una toalla sanitaria. Yo había manchado los pantalones con sangre. Así que ahí estaba yo, eran más de las ocho, y estaba de pie sola en la explanada con una gran mancha roja en mi trasero y unos artísticos puntos rojos bajo el de mis pantalones. Este mensaje es para todas las mujeres que se ofrecieron a ayudarme a ocultar mi condición de mujer:
“A las mujeres que ofrecieron ayudarme a ocultar mi ‘feminidad’, NO ESTOY AVERGONZADA. Sangro cada 28-35 días, es doloroso a veces, me cambia el humor en algunas ocasiones, pero camino hacia la cocina, me sirvo unas galletas de chocolate y me recupero lo suficiente para soportar el infierno que venga por las siguientes 8 horas”, escribió.
“A los hombres que me miraron feo hoy, NO ESTOY AVERGONZADA. Miren mi gran mancha roja en mis pantalones si quieren, miren mi trasero, miren la forma en la que me muevo, vengan a tocarme si se atreven y les demostraré que no estoy avergonzada. Sacaré una toallita y les mostraré cómo funciona, mientras ustedes me enseñan cómo orinar en público (porque claramente a ustedes no les avergüenza)”
“A los niños que no les importó, NO SE AVERGÜENCEN. Habrán muchas manchas en los pantalones, en las faldas, en las sábanas, en las almohadas, sillas, mesas, contra la muralla. No susurren la palabra ‘periodo’, no le ofrezcan discretamente a una mujer una toallita o un cambio de ropa. PREGUNTEN si necesitan una, DÍGANLE que tiene una mancha, no la hagan ocultarlo”, concluyó.