Matrimonio: ¿Felicidad o castigo eterno?

El matrimonio es un tema bastante presente en la sociedad, a pesar de que los tiempos avancen, que las tecnologías evolucionen y que las creencias perezcan, aún sigue teniendo vigencia. Muchas mujeres, desde  la  edad temprana sueñan con cazarse, vestidas de blanco, con “bombos y platillos”.

De igual manera, en organizaciones como: iglesias cristianas, instituciones militares e incluso algunos programas de crédito exigen el matrimonio como requisito, se vincula con compromiso, honor y responsabilidad.

Hoy en día movimientos luchan por contraer matrimonio

Este tema, luego que dejara de ser únicamente una costumbre de acuerdo a lo religioso y pasara con su ordenamiento jurídico a ser parte de la vida civil,  ha involucrado a sectores, que han tenido avances a nivel mundial, que luchan por un matrimonio que rompe paradigmas tradicionalistas y propone realizarlo con personas de su mismo sexo, luchan para poder contraer matrimonio.

La historia de la institución matrimonial se ha regido por fines económicos y sociales como un acuerdo para ampliar el poder o la influencia de una familia mediante un contrato de ahí también la palabra «alianza». Esto quiere decir, que la gran mayoría, en la vida sentimental, de una manera u otra están relacionados con el casamiento pero, ¿Es bueno o no el matrimonio?

¿Es bueno o no el matrimonio?

Cabe la interrogante debido a que muchas personas han planeando fecha para casarse, ilusionadas, enamoradas… y a su vez, muchísimas otras en una condición crítica, denominada “despecho”, ocasionada por mal de amores, deciden no hacerlo o las que ya han dado ese paso, culminan en algunas ocasiones en divorcio.

Cuando se intenta la vida en pareja, fundamentalmente se busca compañía, tener una persona con quien comunicarse constantemente, comprensión y principalmente aceptación que son las características que predominan en el noviazgo, psicólogos afirman que se busca revivir los sentimientos del calor familiar que sintieron cuando eran niños, es por esto que el hombre busca la “aceptación de una madre” y la mujer “la seguridad de un padre”.

El noviazgo

Durante el periodo del noviazgo, todo parece miel sobre hojuelas, las dificultades parecen insignificantes, los problemas se asumen como retos impuestos que se superan fácilmente con gallardía. Las personas que se complementan, se respetan y se aceptan tal como son hasta que un buen día deciden irse a vivir juntos, sin tomar en cuenta que están a punto de embarcarse en una de las aventuras más dramáticas de otredad a las que un ser humano se puede enfrentar: el matrimonio.

¿Qué sucede luego de la luna de miel?

El filósofo, Alain de Botton, considera que “los matrimonios fallan porque los participantes no se conocen bien a sí mismos, para empezar”. Cuando estamos solteros, creemos que “sería fácil” vivir con nosotros mismos, que nuestras “pequeñas fallas” forman parte del panorama cotidiano y no nos colocamos en los zapatos de nuestra pareja. Asimismo, tampoco notamos que nuestra pareja es igual y también puede tener “pequeñas fallas” que al fin y al cabo en el día a día se pueden corregir o por el contrario intensificar.

Luego de estar establecidos, los por menores que pasaban desapercibidos empiezan a verse como camiones de carga y abrirse grietas de separación del tamaño de un abismo, insignificancias pasan a tomar lugar de discusiones interminables que llevan a ningún lado, desacuerdos en cosas básicas logran activar posiciones en frente de guerra de parte y parte y así sucesivamente una serie de factores que alteran el amor eterno jurado.

Sin embargo, esto no quiere decir que no estamos hechos para vivir en pareja, muchas veces cuesta entender que, como todos los humanos, ni nosotros ni nuestra pareja somos perfectos; La tolerancia es determinante, pero difícil de concebir.

“El mito” del romance ideal y de “la media naranja” son artilugios novelescos para algunos, y el sueño que persiguen otros, Alain de Botton, sostiene que “para vivir en un constante proceso retorico de autocrítica que ayuda a tener una amplia visión de la relación es muy difícil y más si las parejas son jóvenes” dijo.

La arqueóloga, experta en el antiguo Egipto Charlotte Booth, En el sitio «History extra», explica que en distintas partes del mundo actualmente el sexo, el intercambio y la unión estable de hecho: matrimonio sigue siendo un tema álgido casi tabú, para los antiguos egipcios era una parte natural de la vida «a la par de comer y dormir».

La antigua civilización egipcia tenía métodos más liberales que podrían considerarse “modernos” en cuanto a los vínculos conyugales. Por empezar, no había un contrato de matrimonio, tampoco una ceremonia civil ni religiosa «La mujer simplemente se mudaba a casa de su marido», explica Booth y establecían un denominado  Matrimonio «de prueba».

Matrimonios de prueba

Estas uniones poseen una cualidad  llamativa, es que podían realizarse de manera temporal. Los arqueólogos hallaron evidencias de documentos que describen los términos de acuerdos transitorios.

«Estarás en mi casa mientras estés conmigo como esposa desde hoy,.. hasta el primer día del cuarto mes de la temporada de inundación del decimoséptimo año», dice uno de estos textos. Estos acuerdos eran conocidos como «un año de comer» y en esencia, le permitían a la pareja experimentar un matrimonio. Si la prueba no funcionaba, cada uno podía retomar su soltería.

Debemos ser mas abiertos y sinceros

Si aplicáramos practicas más abiertas y sinceras como la de los antiguos egipcios evitaríamos muchas dificultades como: desilusiones amorosas que en algunos casos terminan en suicidio, crímenes pasionales, discusiones innecesarias que terminan en daños irreconciliables e incluso dejarían de liderar los top ranking de las canciones con mensajes de “despecho”.