David McGreavy es para algunos la personificación del mal. El hombre de 65 años hace años cometió un terrible crimen: mató a tres pequeños niños, al empalarlos en una cerca. Hoy está ad portas de salir en libertad tras cumplir su condena, pero los familiares de las víctimas no están de acuerdo con esto.
Se dice que el hombre de 65 años merece «una muerte lenta y dolorosa», y no su actual libertad, según un primo de los niños que fueron asesinados. En su época, la madre juró que cuando llegara el día estaría esperándolo fuera de la prisión con una pistola en la mano.
Cuando fue apodado como «El Monstruo de Worcester», McGreavy tenía apenas 21 años. Después de poco más de 40 años tras las rejas le será otorgado el «traslado» a libertad vigilada. Pero esta lucha sigue teniendo lugar para la familia que perdió a tres de sus integrantes en 1973.
El perturbado hombre fue autor del asesinato de Paul Ralph de cuatro años, junto a sus hermanas Dawn (2 años) y Samantha, de apenas 9 meses. Esto ocurrió mientras él estaba haciendo de niñero como favor a los padres de los niños.
Cuando volvieron a la casa no encontraron más que muerte, sangre y destrozos en su casa, y luego, los cuerpos en la reja del vecino. Finalmente se descubrió que McGreavy perdió el control mientras la menor de los niños lloraba por su mamadera, cuando le dio una golpiza que la mayó.
El terrible crimen de este hombre continuó mientras le cortaba la garganta a la otra niña, y estranguló al «mayor» de los hijos. Por lo mismo, la madre de los pequeños aún tiene miedo de que este criminal salga de la cárcel.
«Él nunca debería poder volver a ser libre. La sacó barata con una condena perpetua – deberían haberlo colgado. No encontraré la paz hasta que esté muerto y yo esté descansando con el resto de mis bebés», declaró la mujer.
El asesino recibió un mínimo de 20 años de condena, y desde que esto expiró ha intentado buscar la libertad, pero aún no lo logra. Ha estado en los últimos años con un programa especial para prisioneros que no pueden volver a convivir en sociedad. En éste, se ha buscado que los carcelarios tengan más responsabilidad hasta el punto en que estén preparados para reintegrarse.
Lo público del caso le ha quitado las posibilidades de una prisión con más comodidades, ya que cada vez que se escucha una noticia sobre él, no sólo la familia de las víctimas sino que también la opinión pública se torna en contra.
Ahora la justicia intenta de alguna manera liberarlo, pero pareciera que aún no toman la decisión definitiva. Una fuente comentó a Mirror.co.uk que «Por lo que hizo, nunca debería ser liberado. Pero si lo logra, creo que el público tiene derecho a saber donde está». Ya se verá lo que sucede con él.