Las historias acerca de ataques de medianoche de los vampiros chupadores de sangre continúan causando problemas en Malawi, al sudeste de África.
Las víctimas afirman que los vampiros los están atacando en la noche, historias poco probables que han desencadenado la violencia mortal de los vigilantes en el sur del país.
Al menos siete personas fueron asesinadas en un distrito, y a principios de este año, trabajadores de las Naciones Unidas y voluntarios del Cuerpo de Paz de los EE. UU. fueron retirados de la región. Mientras que el personal de la ONU ya regresó, y aún así las historias de ataques de succión de sangre continúan.
Jamiya Bauleni, una madre soltera de 40 años, dijo que un atacante entró a su casa y chupó su sangre en su propia casa en el distrito de Thyolo.
«Esto no es un rumor», le dijo a una fascinada multitud en la aldea de Ngolongoliwa en el sur del país, que ha estado en el corazón del reciente pánico por los rumores de la actividad de los vampiros.
«Sé que mi sangre estaba mal. Vi luz en la esquina de mi techo. No pude pararme de la cama y sentí que algo me atravesaba el brazo izquierdo», dijo Jamiya señalando cerca de su pecho.
Su historia es parte de una larga lista de testimonios similares en Malawi, donde la creencia en la brujería y la actividad de los vampiros es generalizada y despierta a grupos que en venganza matan a los sospechosos de magia negra.
Bauleni, que se gana la vida vendiendo guisado de verduras silvestres, dijo que antes de caer inconsciente escuchó a alguien huir de la escena. Fue llevada a una clínica y luego fue dada de alta después de recibir suplementos vitamínicos, pero optó por no informar el ataque.
El último episodio de rumores de vampiros presuntamente se originó en Mozambique y se extendió a través de la frontera a los distritos de Mulanje y Phalombe en Malawi, según las Naciones Unidas.
Al menos siete personas murieron en el distrito de Mulanje luego de ser perseguidas, dijo la policía. Una supuesta víctima, Florence Kalunga, de 27 años, dice que estaba durmiendo junto a su marido en su casa cuando vio una luz ‘como fuego’. «Escuché la puerta abrirse y luego sentí algo así como una aguja en mi dedo», dijo.
Las personas atacadas por las turbas vengativas suelen ser las personas más ricas en las zonas rurales del país del sur de África, donde la pobreza extrema y los bajos estándares educativos son la norma.
El empresario Orlendo Chaponda evitó por poco un ataque cuando 2,000 pobladores, algunos cargando machetes y piedras, asaltaron su casa en Thyolo el 30 de septiembre.
«Dijeron que estaba guardando chupasangres», dijo Chaponda, que estaba fuera en ese momento. «Podrían haberme matado si me hubieran encontrado», reconoció asustado.
Llamó a la policía y los efectivos dispararon gases lacrimógenos para dispersar a la multitud después de un enfrentamiento de cinco horas.
«No hay verdad sobre los chupadores de sangre, pero los celosos y los matones quieren aprovechar para atacar a la gente rica», dijo Chaponda. «Si tienes un buen auto, eres un sanguijuela», agregó afectado por la situación que le ha tocado vivir.
El servicio nacional de transfusión de sangre de Malawi -la única institución encargada por el gobierno para recolectar sangre para hospitales de voluntarios- dice que los rumores sobre la actividad de los vampiros también han comenzado a retrasar la actividad.
«Este problema nos ha afectado mucho. Nos ha impedido recolectar sangre en las áreas afectadas «, dijo Bridon M’baya, director médico del servicio.