No siempre es fácil leer las emociones de otra persona. Hay gente que puede ser un libro cerrado o tener una perfecta «cara de póker», en cuyos casos es imposible distinguir si el «estoy bien» es verdadero o falso.
Pero si estás buscando cómo mejorar tus capacidades para descifrar las emociones ajenas, no tienes que ir más lejos de tu cuenta de Netflix.
Un nuevo estudio publicado por la revista Psychology og Aesthetics, Creativity, and the Arts descubrió que mirar dramas televisivos de alta calidad como Mad Men o The West Wing puede mejorar tu inteligencia emocional.
Conducido por las psicólogas de la Universidad de Oklahoma, Jessica Black y Jennifer Barnes, el nuevo estudio se basó en una investigación de 2013 que llegó a la conclusión de que leer literatura de ficción nos hace más afinados en cuanto a nuestra percepción de las emociones del entorno. De acuerdo con esta investigación, nuestra novela favorita podría fomentar «la habilidad de interpretar los estados mentales y emocionales de otros», un proceso que los psicólogos llaman «teoría de la mente». Black y Barnes creyeron que la televisión, la cual nos proporciona más representaciones visuales de las emociones, podía hacer lo mismo.
Para comprobar su teoría, condujeron dos experimentos: en uno, 100 estudiantes universitarios fueron reclutados y asignados aleatoriamente a mirar parte de un drama galardonado (Mad Men o The West Wing) o un documental (How the Universe Works o Shark Week: Jaws Strikes Back). Luego de mirar los videos, las investigadoras les hicieron el test de «leer la mente con los ojos», el cual también fue utilizado en el experimento de 2013. El test consiste en que los participantes examinen 36 fotografías de pares de ojos y luego elijan una de cuatro palabras que mejor describa las emociones de la imagen: celos, pánico, arrogancia u odio.
Uno de los resultados fue que las mujeres son más proclives a identificar correctamente las emociones, pero ambos sexos -dentro del segmento de las series de TV- tuvieron un puntaje alto en el test en comparación con aquellos que fueron expuestos a los documentales.
En el segundo experimento, los investigadores les asignaron a los participantes (quienes habían aumentado a 116) que miraran un episodio completo de un drama de TV (The Good Wife o Lost) o documentales aclamados por la crítica (Is Time Travel Possible? o Colosseum: Roman Death Trap). Un tercer grupo de 60 personas no miraron nada; luego, los tres grupos hicieron la prueba de los ojos.
Una vez más, los investigadores observaron que aquellos que habían mirado dramas de TV en lugar de documentales conseguían una puntuación más alta en el test. El grupo de los documentales tampoco acertó mucho más que aquellos que no miraron nada.
Como resultado, las investigadoras concluyeron que mirar un drama de TV puede tener el mismo efecto en el proceso emocional que leer un libro de ficción.