La carta tuvo que esperar más de 300 años para ser decodificada gracias a un algoritmo de craqueo de la Deep Web. Lo que dice es demasiado sarcástico y horrible para una monja del siglo XVII.

Todo comenzó hace 341 años cuando, en 1676, la monja María Crocifissa della Concezione, en el convento de Palma di Montechiaro en Italia, vivió angustiosos momentos.

Dice la historia que la mujer, de pronto despertó de una especie de ‘black out’ con las manos llenas de tinta. Frente a ella había una serie de cartas que estaban escritas en un misterioso dialecto completamente indescifrable.

La mujer estaba segura: había sido poseída por el demonio quien guió su mano escribiendo estas misteriosas palabras para hacerla desistir de su fe. 

Angustiada, salió del convento gritando y pidiendo ayuda.

Sus compañeras religiosas del convento benedictino creyeron en ella. Después de todo, Isabella Tomasi, como se llamaba realmente, jamás había demostrado algún tipo de comportamiento errático o patológico a sus 31 años. Además, era una ferviente devota, de una buena familia quien había aceptado alegremente su vocación.

Una de esas cartas logró sobrevivir al tiempo.

Escrita en una mezcla compleja de alfabetos arcaicos que han desafiado a filósofos, lingüistas, estudiosos, especialistas en criptografía y clérigos, ha conseguido al fin ser desifrada, pero esto no pudo concretarse sino hasta que los investigadores de los centros de ciencia del Museo de Ludum en Sicilia se volvieron a un algoritmo de craqueo que descubrieron en la ‘web profunda’.

“Creemos que este algoritmo es utilizado por los servicios de inteligencia para descifrar mensajes secretos”, dijo Daniele Abate, director del Museo.

“Hemos estado usando el antiguo griego, el árabe y el alfabeto rúnico para transcribir parte de la carta y mostrar  su contenido”.

Según informa The Times, la carta, que describe a Dios, a Jesús y al Espíritu Santo como “peso muerto“, dice sarcásticamente que “Dios piensa que puede liberar a los mortales”. Añade que “este sistema no funciona para nadie“. Va tan lejos como la afirmación de que Dios y Zoroastro fueron inventados por el hombre.

“Personalmente, creo que la monja tenía un buen dominio de idiomas, lo que le permitió inventar el código, y pudo haber sufrido de una enfermedad como la esquizofrenia, lo que la hacía imaginar diálogos con el diablo”, dijo Abete.

Añadió: “Eso no ha impedido que muchas sectas satánicas interesadas me contacten desde que publiqué nuestras conclusiones”.

Cabe mencionar que Maria Crocifissa della Concezione fue declarada Venerable por el Papa Pío VI y enterrada en el monasterio. Era hermana de San José María Tomasi, Cardenal reformador italiano de la Orden de los Teatinos, beatificado por el Papa Pío VII en 1803 y canonizado por San Juan Pablo II en 1986.

tkm