La víctima está ofreciendo una recompensa, ya que necesita encontrar a los hombres religiosos que tomaron el teléfono y que tenía datos importantes de contacto de un cliente.
Dos hombres utilizaron un disfraz de monjes budistas para robar el teléfono móvil.
La pareja entró en una tienda de arroz al sur de Tailandia disfrazados con las túnicas color naranja, típicas de los monjes budistas y pidió hablar con el propietario.
El trabajador al ir a buscar al dueño de la tienda, dejo solo el mesón, ocasión que aprovecharon los ladrones para sustraer el iPhone y marcharse.
Después de comprobar circuito cerrado de televisión de la tienda descubrieron que los impostores habían localizado el teléfono y luego ocultaron bajo sus ropas antes de salir.