El actor británico Kenny Baker, famoso por encarnar al androide R2-D2 en la saga fantástica Star Wars (La guerra de las galaxias), ha muerto a los 83 años después de una larga enfermedad, según informó The Guardian.
La familia de Baker, quien encarnó por primera vez a R2-D2 en 1977 (Star Wars: Episodio IV – Una nueva esperanza), hizo público el fallecimiento mediante un comunicado publicado en el rotativo británico. «Nos lo esperábamos, pero es triste de toda formas. Vivió una vida larga y plena, y consiguió hacer feliz a mucha gente. Fue una persona muy querida en todo el mundo y estamos orgullosos de todo lo que logró a lo largo de su vida», declaró su sobrina, Abigail Shield.
«Cuando era pequeño le dijeron que no llegaría a la pubertad y al final vivió una vida plena. En los últimos años estaba enfermo, así que lo esperábamos (el momento de su muerte). Uno de sus sobrinos lo encontró este sábado por la mañana», continuó Shield.
Baker, de solo 112 centímetros de estatura, dio vida al emblemático R2-D2 en seis de las siete películas de la saga Star Wars -solo el actor Anthony Daniels (C3PO) ha estado en todas.
George Lucas, que lo visitó hace unos meses por última vez, fue quien le dio su primera oportunidad en pantalla, tras trabajar durante un tiempo en un circo, como patinador sobre hielo, y en un espectáculo cómico junto a Jack Purvis.
Aunque la serie galáctica haya marcado su carrera (estuvo incluso en el infame especial de Navidad 1978), Baker, que incluso se atrevió con una efímera carrera como monologuista en los noventa, también ha participado en películas comoLos Goonies, Los héroes del tiempo de Terry Gilliam, Dentro del Laberinto, Flash Gordon, Mona Lisa de Neil Jordan y El Hombre Elefante de David Lynch. En El retorno del Jedi, además, le dejaron esconderse bajo el pelaje del ewok Paploo, con el que pudo jugar un poco más con sus registros vocales.