Janice Lorraine, una mujer de 74 años -pero con la densidad ósea de una mujer de 35 años de edad-, se convirtió en fisicoculturista cuando se acabó su carrera como consejera en una escuela a la edad de 56 años.
Esta anciana llena de vitalidad y fuerza, ahora viajará hasta Tailandia para posar con su bikini diminuto y su bronceado, para participar de una competencia internacional.
Janice cuenta que tras salir de su trabajo quedó devastada, y que su mundo entero desapareció. Esto le pasa a muchas personas mayores tras jubilar o cuando quedan cesantes y, por su edad, no logran encontrar trabajo. Muchos abuelos y abuelas entran en una depresión, se sienten inútiles, y la falta de una rutina o un motivo para levantarse, termina minando a mucho, que finalmente se marchitan sentados en un sillón viendo televisión, o acostados en su cama pensando que su vida ya se acabó.
Cuando Janice comenzó a sentirse así decidió hacer algo y se inscribió en un gimnasio, pero la clases para mayores de edad le parecieron demasiado livianas. Cuenta que la revelación le ocurrió cuando vio a una mujer anciana en un estacionamiento luchando por caminar. Al ver a esa anciana Janice se dijo a sí misma que nunca iba a llegar a ese estado, y comenzó a entrenar levantando pesas, para detener el proceso de envejecimiento.
Janice es un ejemplo de que, siempre que haya salud, se puede cambiar el estilo de vida y empezar una vida completamente nueva. Esperemos que su experiencia en la competencia la llene de orgullo y alegría a ella y sus cercanos.
Una mujer inspiradora ¿verdad?