El 2005, Rajee Narinesingh decidió hacerse una cirugía decisiva: la transgénero operaría su rostro para verse más femenina. Pero las cosas salieron peores de lo que podría haber llegado a resultar, cuando se descubrió que el cirujano que la atenció, Oneal Ron Morris, era un impostor y le había destruido su rostro.
El falso médico le inyectó a Rajee cemento y sellador de neumáticos en el rostro, lo que realmente la desfiguró.
El resultado fue que su mentón, mejillas y barbilla quedaran deformes, muy hinchados, con una apariencia no sólo lejano a lo femenino, sino que también incómodo para cualquier persona.
Al comienzo no quería denunciar el hecho, pero tras 10 años decidió hacerlo, y además los médicos Terry Dubrow y Paul Nassif decidieron tomar su caso y someterla a una ‘cirugía reconstructiva’, a través del programa Botched de E!. Lo más importante era que le quitarían las sustancias tóxicas de su rostro.
Si bien esto suponía muchos riesgos para la salud de Rajee, decidieron tomar finalmente el caso. Se debían cuidar mucho de no meterse con el sistema nervioso, ni activar alguna inflamación o infección al sacar los residuos tóxicos.
Todo se dividió en dos partes. Primero, sacaron pequeña parte del cemento para ver la reacción del organismo de Rajee. Después de dos semanas de reposo, comenzaron la nueva cirugía, en la que extrajeron una bola de cemento del tamaño de una pelota de golf de las mejillas de la mujer.
A estas alturas, la anestecia dejó de hacer efecto, pero lograron sacar todo el cemento de su rostro.
Hoy, la paciente se ha recuperado bastante, y su rostro se muestra normal. Por ahora la extracción de los materiales eran lo principal, y que su cara volviera a la normalidad.
Las lágrimas brotaron del rostro de la mujer cuando dijo «Me siento muy bonita». Por ahora no tiene planes de volver a intervenirse; mientras, comienza una nueva etapa de su vida.