El día de hoy, el programa Café con Nata que conduce la comediante Natalia Valdebenito en Súbela Radio partió de manera diferente. Apartándose de la discusión con un toque de humor que usualmente tiene, la ex Cabra Chica Gritona no dudó en mostrar su descontento frente al actual debate país: el llamado muñecagate.
«Perdónenme que no parta con el ánimo de siempre, yo trato de ayudar para que nos levantemos todas las mañanas. Pero la verdad es que tengo que asumir que estoy muy enojada, pero también lo que más me invade —y por eso les pido disculpas, por mi exceso de sensibilidad— es tristeza. Es tristeza por la noticia del momento».
Así fue como comenzó la artista, quien se refirió de inmediato al polémico regalo del empresario Roberto Fantuzzi al Ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes. Durante el día de ayer, miércoles 14, todo el mundo resultó indignado debido a la muñeca inflable y la referencia que con ella regaló.
Por lo mismo, Valdebenito no quiso callar su enojo, logrando enviar el mensaje a sus auditores, entristecida por la naturalidad con la que tomamos el machismo. De hecho, confesó que una de las maneras en que más había cambiado su vida desde el Festival de Viña, en que la visibilidad también atraía ataques gratuitos hacia ella a diario.
«Subí a hacer mi trabajo, me fue muy bien (…). Sin embargo, por pedir que no nos violen, por pedir que no nos maten, por pedir que no nos acosen, a mí me han tratado de la peor manera. Es decir, pedir respeto es lo que los demás entienden como violento. No entiendo qué es lo que pasa».
Valdebenito se refirió a lo que somos como país: «personas violentas, personas egoístas, personas cero empáticas, personas que son capaces de reírse de las mujeres sin ningún pudor». Y la comediante tiene razón.
De esta manera, continuó un sentido e importante mensaje sobre lo machista de las acciones que a diario se llevan a cabo en nuestro país.
«Disculpen que me sienta así, disculpen que llore, disculpen, pero la verdad es que vivir en este país es cada vez más peligroso. Y yo no voy a parar en decir que esto es una falta de respeto y que no vamos a aceptarlo. Aunque me digan maraca todos los días, lo voy a seguir haciendo igual. Perdonen la palabra, pero lo voy a seguir haciendo igual».
Finalmente concluyó diciendo que hablar sobre esto era algo que tenía que hacer. Recalcando que «El límite es el sentido común», algo que se debe analizar más, tanto en el regalo de la muñeca inflable, como en muchas otras simbologías y actos machistas que toman espacio en nuestro país.