1. David Liu, el extraordinario editor de genes
La prestigiosa revista «Nature» ha publicado su lista anual con las diez personalidades más relevantes para la Ciencia. En 2017, la publicación ha tenido en cuenta «desde las comunicaciones cuánticas y la edición del genoma hasta la amenaza de una crisis nuclear y el desmantelamiento de las protecciones medioambientales en EE.UU.», según explica su editor jefe, Brendan Maher, ya que el documento incluye a los más influyentes, sea para bien o para mal. Entre los escogidos, una niña de 12 años, el «testimonio viviente» de cómo una nueva terapia génica puede vencer al cáncer.
El biólogo David Liu, de la Universidad de Harvard, es una de las figuras del año para «Nature». El científico presentó en octubre un impresionante avance en la tecnología de la edición genética, mejoras que en el futuro pueden ayudar curar enfermedades humanas y salvar vidas.
Lo que hizo Liu junto a su equipo fue, gracias a la técnica del corta-pega genético CRISPR, cambiar una a una las letras con las que está escrito el código genético humano: A, C, G y T. Cada una representa a una molécula, llamadas adenina, citosina, guanina y timina, respectivamente, y todas se colocan en parejas: la A con la T, la C con la G y viceversa. El pasado año, los investigadores utilizaron proteínas para sustituir a las parejas de G-C por parejas de T-A. Ahora, gracias a una nueva clase de editores de bases de adenina (ABEs), han logrado convertir las parejas A-T en parejas de G-C.
Parece un galimatías, pero los resultados son muy relevantes, ya que alrededor de la mitad de las 32.000 enfermedades genéticas relacionadas con mutaciones puntuales, es decir, con la presencia de una letra errónea y su correspondiente pareja, se podrían resolver con este cambio de pareja A-T a G-C.
Además, estos editores pueden hacer cambios en el ADN de forma selectiva y sin producir otros no deseados. Su eficiencia es un 50% superior a la de otras técnicas.
2. Marica Branchesi, los «ojos» de las ondas gravitacionales
La primera detección de ondas gravitacionales, anunciada en febrero de 2016, fue un acontecimiento histórico. Por primera vez eran «escuchadas» las ondulaciones en el tejido del espacio-tiempo predichas por Albert Einstein hace cien años en su teoría general de la relatividad. En esa ocasión, la fuente era la fusión de dos agujeros negros, fenómeno que fue captado otras cuatro veces más. Pero el pasado agosto, más de 70 observatorios astronómicos terrestres y espaciales y 3.500 científicos de todo el mundo conseguían además «ver» al mismo tiempo el origen de las ondas gravitacionales. Se trataba de la fusión de dos estrellas de neutrones situadas en una galaxia a 130 millones de años luz.
El logro fue el resultado de años de preparación liderados por una mujer, Marica Branchesi, miembro de la colaboración Virgo, que opera el detector de ondas gravitacionales cerca de Pisa, en Italia. Ella consiguió unir a astrónomos (ella misma lo es) y físicos. Gracias a este trabajo se han hecho múltiples descubrimientos relacionados con aspectos muy variados, como el comportamiento de la materia, la generación de elementos pesados en el espacio o el origen de los estallidos de rayos gamma en el Universo.
3. Emily Whitehead, la niña que le ganó a la leucemia
La pequeña Emily Whitehead fue la primera niña en recibir una innovadora terapia génica contra el cáncer en 2012, en un hospital de Pensilvania, cuando solo tenía 6 años. Este año -ella ya ha cumplido 12-, el tratamiento que curó su leucemia, denominada CAR-T, ha sido aprobado para su uso en los Estados Unidos. Ella misma acudió a defender su aprobación frente al panel de científicos que debía decidirlo, y se subió al escenario junto a su padre en lo que fue un momento emocionante y conmovedor. Era el «testimonio viviente» de la lucha y el éxito. El tratamiento recibió el sí definitivo de las autoridades sanitarias estadounidenses, la FDA.
El CAR-T modifica genéticamente el sistema inmunológico del enfermo para combatir la leucemia. Los resultados de un ensayo clínico demostraron que el 79% de los pacientes con leucemia linfoblástica aguda (LLA) de células B que recibieron la terapia seguían vivos un año después. La LLA es un tipo de cáncer infantil muy común en el que la quimioterapia no siempre tiene los efectos esperados.
4. Scott Pruitt, el negacionista del cambio climático
En su lista, «Nature» escoge a los más influyentes tanto para bien como para mal. Y este no está entre los primeros. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, colocó frente a la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) del país al fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, un negacionista confeso del cambio climático y firme opositor a las leyes de regulación en materia de medio ambiente. Por si fuera poco, Pruitt había demandado a la EPA 14 veces. Sus medidas para debilitar la política contra la contaminación han enfurecido a ecologistas y muchos científicos. Después de asumir el cargo en febrero, inmediatamente bloqueó o derogó docenas de reglas ambientales sobre emisiones, minería y residuos peligrosos. También consiguió que algunos investigadores concienciados no pudieran participar en los comités para aconsejar a la agencia por «conflictos de intereses», poniendo en su lugar a empleados de la industria o científicos relacionados con ella.
5. Pan Jianwei, el hombre cuántico
Pan Jianwei ha llevado a China a la vanguardia de la comunicación cuántica a larga distancia. El pasado julio, Pan y su equipo en la Universidad de Ciencia y Tecnología de China en Hefei informaron de que habían batido el récord de teletransporte cuántico, teleportando una partícula, un fotón, desde un satélite en órbita a 1.400 kilómetros hasta la Tierra. Y en septiembre, el equipo usó ese satélite para transmitir fotones a Pekín y Viena, generando claves de encriptación que permitieron a los equipos en estas ciudades realizar un video-chat con total seguridad. Con este sistema, los posibles piratas informáticos no pueden actuar sin que se noten sus actividades.
Pan trabaja ahora en el desarrollo de un internet cuántico: una red de satélites y equipos terrestres que podría compartir información en todo el mundo. Esto permitiría el cifrado mundial inquebrantable. Por ahora, el equipo tiene planes de lanzar un segundo satélite, y está ejecutando otro experimento cuántico en el espacio a bordo la estación espacial china Tiangong-2. En los próximos cinco años, Pan cree que vendrán «muchos resultados maravillosos. Es realmente una nueva era».
6. Jennifer Byrne, la detective de los errores
Jennifer Byrne, del Hospital de Niños de Westmead en Sídney, Australia, estudia la genética del cáncer por el día. Pero por la noche se dedica a cazar errores en los estudios genéticos que se publican en revistas científicas. Mientras su marido y sus hijos veían películas de acción, Byrne ha pasado innumerables veladas durante los dos últimos años frente a su portátil localizando artículos con fallos o potencialmente fraudulentos.
Su tenaz trabajo ha tenido efecto. Diferentes revistas se han retractado de la publicación de nueve documentos como resultado de las observaciones de Byrne, siete este año. Y en octubre, ella y el informático francés Cyril Labbé lanzaron un programa en línea llamado Seek & Blastn para ayudar a detectar automáticamente problemas similares. «Cuando esté en mi lecho de muerte, miraré hacia atrás y estaré realmente orgullosa», asegura la investigadora.
7. Lassina Zerbo, en contra de la armas nucleares
El teléfono de Lassina Zerbo sonó menos de 30 minutos después de que Corea del Norte realizara su sexta prueba nuclear, el domingo 3 de septiembre. Justo antes de las seis de la mañana en Viena, los datos sísmicos sugerían que esta era de lejos la bomba más poderosa que el país había detonado alguna vez, sacudiendo la Tierra con una fuerza cercana a la de un terremoto de magnitud 6.1.
«Fue aterrador», dice Zerbo, secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBTO), que supervisa ensayos nucleares en todo el mundo. Este ha sido un año desafiante para él. El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha intercambiado amenazas cada vez más agresivas y la incertidumbre ha crecido sobre el compromiso de los Estados Unidos con sus aliados. Pese al aumento de las tensiones mundiales, Zerbo ha trabajado «arduamente» para alentar la no proliferación nuclear, motivo por el que «Nature» le ha colocado entre sus destacados.
8. Víctor Cruz-Atienza, el cazador de terremotos
Víctor Cruz-Atienza tenía solo 11 años cuando su casa comenzó a temblar. Era el 19 de septiembre de 1985, y un terremoto de magnitud 8.0 en la costa del Pacífico mexicano acababa de enviar un estallido de energía sísmica por todo el país. Cientos de edificios levantados sobre sedimentos blandos colapsaron y miles de personas murieron. Cruz-Atienza vivía al sur de Ciudad de México, en una casa de dos pisos construida sobre roca dura. Eso le salvó a él y a su familia, pero la experiencia le marcó de por vida.
El joven estudió geofísica y se hizo experto en cómo rompen las fallas. Como jefe del departamento de sismología en el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrolló unos modelos del comportamiento de los terremotos que han resultado ser muy precisos. El 19 de septiembre de este año, un seísmo de magnitud 7.1 sucedido a 120 kilómetros de la capital mexicana dieron la razón a sus predicciones.
Gracias a los códigos de construcción más estrictos establecidos después de 1985 y la duración relativamente corta del terremoto de este año, el número de muertos fue mucho más bajo. Pero el científico insta a la diligencia para minimizar el mal.
9. Ann Olivarius, contra el acoso sexual
La abogada con sede en Londres Ann Olivarius, veterana en la lucha por la igualdad de género, ha sido reconocida por «Nature» por sacar a la luz a los responsables de abusos sexuales en los campus universitarios de EE.UU. que los protegen. Olivarius fue una de las impulsoras de la demanda que permitió establecer en 1980 que el acoso sexual en una universidad constituía discriminación en la educación. Cree que este año, con casos de hombres poderosos de diferentes ámbitos que pierden sus trabajos por cometer abusos sexuales, la sociedad ha reconocido de verdad el problema, por lo que «tenemos una mejor oportunidad de tratar de curarlo».
10. Khaled Toukan, ábrete «Sesame»
El primer gran centro de investigación internacional de Oriente Medio es un prodigio de resistencia. Ha aguantado disturbios políticos, sanciones internacionales y un largo etcétera de visicitudes. Denominado Sincrotrón para la Ciencia Experimental y Aplicaciones en el Medio Oriente (Sesame), el pasado mayo fue inaugurado en Jordania tras más de trece años de retrasos gracias a la colaboración de gobiernos como los de Turquía, Chipre, Israel, Irán y la Autoridad Palestina.
Los científicos que participan en el proyecto pertenecen a países rivales de una región convulsa, pero la ciencia ha terminado por ganar. La revista «Nature» dice ha sido posible gracias en gran parte al director del centro, Khaled Toukan, que habló con cada delegación y calmó la situación, un talento crucial para que la iniciativa saliera adelante.
Mediante un anillo de imanes en el que se almacenan los electrones para luego «acelerarlos», el sincrotrón generará intensos haces de luz para ofrecer una vista sin parangón de los elementos a analizar, lo que tendrá aplicaciones en campos tan variados como la medicina, la farmacia o la agricultura.