Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Al menos eso es lo que debió pensar la pequeña de cinco años (o su padre) que fue multada con 159 libras (179 euros) por vender vasos de limonada a 50 peniques (0,55 euros) a las puertas de un festival.
En lugar de romper su espíritu emprendedor, la pequeña continuará con su ‘trabajo’ tras recibir ofertas para abrir puestos de limonada en festivales y eventos, según recoge el diario Metro.
Su padre, André Spicer, ha dicho a través de Twitter que están abrumados por la «amable respuesta» que han recibido de personas de diferentes partes del mundo. «Decenas de festivales, mercados y empresas nos han ofrecido la oportunidad de montar un puesto de limonada», relata.
Después de toda la polémica y ante la respuesta recibida, el ayuntamiento ha cancelado la multa y ha emitido un comunicado en el que lamentan lo ocurrido. «Esperamos que nuestros agentes demuestren su sentido común y utilicen su placa con sensatez».