Estos árboles se llaman Socratea exorrhiza y se encuentran principalmente en las selvas tropicales de América Latina.
La naturaleza siempre nos sigue maravillando y en esta oportunidad tenemos ante nosotros árboles que caminan, y no es ciencia ficción, sino una realidad.
La realidad es que estos árboles se llaman Socratea exorrhiza y avanzan a paso lento con sus raíces en busca de una mejor posición para alcanzar la luz del sol. Se encuentran principalmente en las selvas tropicales de Centroamérica y Suramérica —incluida la Amazonía—.
A lo largo de décadas, las andanzas de estos árboles protagonizaron discusiones entre los científicos. En 2005, el biólogo Gerardo Ávalos, director del Centro de Estudios en desarrollo Sostenible de Costa Rica, aseguró que las caminatas eran sólo un mito, ya que raíces que brotaban de las palmeras no les ayudaban a moverse, el tronco seguía en el mismo lugar.
«Pensar que una palmera en realidad podría seguir los cambios en la luz del sol moviéndose lentamente sobre el suelo del bosque (…) es un mito que los guías turísticos encuentran divertido decirle a los visitantes de la selva «, dijo Ávalos a Live Science, reporta Sputnik.
La explicación científica a este fenómeno es que se produce a medida que se erosiona la tierra, el árbol crea nuevas y largas raíces que buscan tierra sólida, las cuales a veces alcanzan hasta 20 metros, mientras las raíces se vuelven a acomodar en el suelo el árbol se inclina lentamente sobre estas, las raíces viejas se elevan en el aire y en este proceso el árbol cambia de lugar para encontrar un nuevo lugar con más luz de sol y una tierra más firme puede tardar un par de años.
Las viejas raíces salen también de la tierra y avanzan con la planta en el aire. De esta forma luchan, junto con otras plantas tropicales, para buscar luz solar y un suelo más firme, en lo que sería una verdadera carrera por la supervivencia.
Así lo explicó el investigador Peter Vrsansky del Earth Science Institute, quien observó este fenómeno de primera mano, lo que le permitió confirmar o desmentir que los árboles de este tipo caminan, puesto que se sigue evaluando si este fenómeno se puede catalogar como “caminar”.
En estos momento no podremos ver árboles corriendo por la selva intentado escapar de las maquinas humanas, pero si podemos ver un fenómeno único en la naturaleza, el cual nos demuestra que las plantas también luchan por tener mejores condiciones de vida.
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