No quiero a alguien más inteligente, quiero a alguien que piense diferente

Una vez salí con un chico claramente bien educado

No quiero a alguien más inteligente, quiero a alguien que piense diferente

Autor: Ángela Barraza

corazon

Una vez salí con un chico claramente bien educado. Estaba en el negocio de las finanzas y aunque parecía muy bien informado sobre dinero y números, jamás pudo llegar a entender mi amor por la lectura y el idioma.

Así, cuando me dijo que no sabía quién era William Faulkner (apenas uno de los más grandes autores estadounidenses de todos los tiempos), se me encogió el corazón.

Y también me puso a pensar. Tras reflexionar un poco, me di cuenta de que este tipo no era un idiota; si no que simplemente sabía sobre cosas sobre las que yo no sabia. Era un tipo listo de una manera distinta.

Ahora sé que no quiero a un hombre que sea más inteligente que yo. Quiero a alguien cuya inteligencia complemente la mía.

No quiero a alguien más tonto que yo, quiero a alguien distinto.

No estoy tratado de empatarme con una copia al carbón de mi misma. Quiero estar con alguien que tenga cualidades diferentes que pueda admirar.

Quiero estar con alguien que con fluidez comprenda las complejas implicaciones de un arte u oficio sobre el que mi mente ni siquiera llega a soñar.

Quiero poder nutrir la relación con cosas distintas.

Estar con alguien diferente y a la vez similar, significa dar cabida a nuevos elementos en la relación. Si él aporta su habilidad para los números, yo aporto mis conocimientos literarios. Una relación sana y fuerte se conforma con habilidades y cualidades combinadas provenientes de dos personas muy distintas entre sí.

Nunca estará uno por encima del otro, más bien aprenderán de mutuo.

Tu pareja siempre debe tener algo qué ofrecerte. Tú debes compartir tus conocimientos con voluntad y a la vez absorber los suyos con entusiasmo.

No quiero estar con alguien que me haga sentir estúpida, quiero a alguien que me enseñe cosas nuevas.

Cuando las parejas tienen inteligencias complementaria, ambas personas tienen mucho que ofrecer. Lo mejor es que nunca se tratará se competir, sino de compartir.

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