Luego de ver estos nueve extraños procedimientos médicos que se creían curativos en el pasado, agradecerás haber nacido en esta era.
1. Tratamientos con mercurio
Durante toda su vida Qin Shi Huang, el primer emperador de China, en un afán de alcanzar la inmortalidad tomó píldoras de mercurio, lo que sin embargo hizo que tuviera una muerte lenta, pereciendo a los 40 años. Incluso en su tumba se construyeron réplicas de ríos por los que circulaba mercurio líquido.
El mercurio se utilizaba como antiséptico y para tratar úlceras en la piel, y se le añadía a soluciones salinas y cosméticos. La sífilis también se trataba con él. Los efectos secundarios de los tratamientos con mercurio se pueden resumir en uno: una muerte lenta.
2. Tratamientos con enemas de humo de tabaco
El «kit del resucitador» de los siglos XVII y XVIII incluía enemas de humo de tabaco, para lo cual se desarrolló un innovador dispositivo con estas normas: un tubo recto de goma y un par de fuelles. Los médicos de esa época creían que el humo del tabaco podía calentar un cuerpo casi muerto e insuflarle aliento.
Al principio este tipo de enemas se aplicaba para intentar recuperar a los ahogados, más tarde se convirtió en un tratamiento para todo: el resfriado común, dolor de cabeza, hernias, la fiebre tifoidea y el cólera. En 1811 los científicos descubrieron los efectos tóxicos de la nicotina sobre el corazón, y el enema de humo de tabaco dejó de usarse.
3. Sillas giratorias
La silla giratoria se convirtió en la personificación de la integridad personal de los enfermos mentales en el siglo XIX. Ya no se permitía atarlos con grilletes de cadenas en un cuarto oscuro, las duchas frías, laxantes, inducir el coma insulínico o la lobotomía frontal.
A los pacientes elegantemente sentados en una silla los hacían girar hasta que los pobres enfermos perdían la conciencia. Se consideraba que el hacer girar al paciente se podía sacudir el cerebro y aliviar así la esquizofrenia y otros trastornos mentales.
4. Agua radiactiva
A principios de 1900, se consideraba el agua radiactiva como un eficaz tratamiento para tratar las enfermedades mentales e incluso para prevenir el envejecimiento. Incluso se utilizó para tratar la diarrea y la malaria. La radiactividad se añadió no solo al agua sino también a los dulces, los anticonceptivos, supositorios y la crema dental. Hoy sabemos que la exposición a la radiación es mortal, y mientras que el cuerpo es capaz de filtrar el 80% de las toxinas de la radiación, el 20% restante se acumula en los huesos, la sangre y los tejidos.
5. Vibradores para el tratamiento de la histeria femenina
La histeria femenina, también llamada paroxismo histérico, era una enfermedad que los médicos diagnosticaban en el siglo XIX, que incluía síntomas tales como desfallecimientos, insomnio, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, fuertes dolores de cabeza, pérdida de apetito y «tendencia a causar problemas».
Las mujeres diagnosticadas de esta enfermedad eran tratadas con masajes pélvicos que eran dados por el médico hasta que la paciente llegaba al orgasmo o éste se facilitaba mediante el vibrador, ya que se consideraba que la falta de orgasmos era lo que propiciaba la histeria.
6. Sanguijuelas y sangrías
Hace mucho tiempo se iba a la peluquería no sólo para un afeitado y un corte de pelo, sino también para sacar un diente, la fijación de una fractura en el brazo o una sangría.
Inicialmente la sangría se practicaba para ahuyentar los malos espíritus del cuerpo y más tarde para tratar enfermedades de todo tipo.
La medicina humoral se basaba en la creencia de que el cuerpo debía mantener un balance de cuatro fluidos: la flema, bilis amarilla y negra y la sangre, y el sangrado se creía que era el método principal para preservar este equilibrio. Entonces, con este fin, se comenzaron a utilizar las sanguijuelas y lancetas, que se introducían en las venas.
7. Opiáceos y morfina
La morfina fue una vez una importante droga presente en el botiquín de cada casa. Aunque se sigue usando hoy en día como anestésico, en el pasado era un remedio popular para los resfriados, el insomnio y el dolor menstrual. Los jarabes a base de opiáceos calmaban a los niños incluso en los dolores de la dentición. En 1900 se podían comprar sin receta médica varias medicinas cuya base era la cocaína, la heroína, la morfina y el opio.
8. Craneotomía
Hacer una perforación en el cráneo del paciente (sin anestesia) se consideraba un tratamiento efectivo en la antigüedad. La trepanación es uno de los procedimientos quirúrgicos más antiguos que se conocen, ya se practicaba incluso en el mesolítico. Fue practicada por pioneros médicos como Hipócrates en la antigua Grecia o Galeno en la antigua Roma.
La antigua medicina se basaba en gran medida en la naturaleza mística y ritual de la operación, ya que se creía que la enfermedad mental era producida por un espíritu maligno.
Con la trepanación se intentaron curar migrañas y convulsiones. Aunque fueran unos procedimientos rudimentarios y sin ningún tipo de asepsia, muchos pacientes sobrevivieron al procedimiento.
Actualmente también se practica la trepanación, pero es una intervención quirúrgica realizada para tratar lesiones cerebrales traumáticas.
9. El canibalismo
Hoy en día se utilizan partes de cuerpos humanos para sanar otros cuerpos humanos: transfusiones de sangre o trasplante de órganos.
Pero nuestros antiguos antepasados usaban de muchas otras maneras la «medicina de cadáver.» ¿Dolor de cabeza? Los antiguos egipcios prescribían momia en polvo. ¿Dolor muscular? Se frotaban estos lugares con grasa humana. ¿Epilepsia? Los romanos creían que beber la sangre de los gladiadores la curaba.
Órganos humanos, grasa, huesos, sangre y restos momificados de seres humanos eran considerados mágicos y fueron utilizados en la curación de personas hasta el siglo XVIII.