Un asesino golpeó a su hijo de cuatro años de edad hasta la muerte, para luego decapitarlo, alimentar con su cuerpo a los perros y por si fuera poco después de eso le prendió fuego.
Jean-Charles Artaban, en un ataque de rabia, se descargó contra Matheo, el pequeñito sobre el que compartía paternidad junto con su ex esposa, luego de que la mujer le dijera que el niño no era suyo. El asesino fue encontrado culpable de asesinato, tortura y barbarie por lo que fue condenado a cadena perpetua.
Esta es la primera vez que se dicta una sentencia de por vida en la isla francesa de Reunión, situada frente a la costa de Madagascar, desde el año 2003. Según los expertos psiquiátricos, el criminal es incapaz de «mostrar ningún remordimiento o empatía» y durante todo el juicio de dos días, él simplemente se quedó quieto e inmóvil en el estrado.
Según se informó, el hombre de 40 años de edad, golpeó al niño hasta matarlo, luego le cortó la cabeza y la tiró a los perros, arrojando el cuerpo a las llamas.