Pasó semanas cubierta en escamas de pescado. Al quitárselas, se dieron cuenta que había funcionado

Los doctores no podían creerlo.

Pasó semanas cubierta en escamas de pescado. Al quitárselas, se dieron cuenta que había funcionado

Autor: Francisco Armanet

María Inés Candido da Silva es una mujer de 36 años que trabajaba como mesera en Brasil. Un día como cualquier otro hubo una explosión en el local debido a una fuga de gas, dejando a la mujer con lesiones severas en su piel. Sus brazos, cuellos y parte de su rostro se vieron tremendamente afectados.

Los doctores del hospital Dr. José Frota, el lugar al que fue llevada de urgencia para ser tratada, decidieron ofrecerle un tratamiento alternativo que creían que podría ayudarla a recuperarse con mayor rapidez, aunque dejaron en claro que nunca lo habían usado antes y que María sería una pionera en el área: usar injertos de piel de pez, más específicamente de tilapia, en vez de injertos de piel humana para ayudarla a sanar sus heridas.

Según lo que reporta el Daily Mail, la mujer aceptó. Estaba adolorida y desesperada por cualquier tratamiento que le ayudara a lidiar con el dolor que sentía:

“Me encantó el tratamiento y se lo recomendaría a cualquier persona que haya sufrido como yo”.

Un equipo de doctores de la unidad de quemados del hospital se encargó de llevar a cabo este innovador y inusual tratamiento, poniendo injertos de la piel del pez en todos aquellos lugares que habían sido quemados.

Aunque el tratamiento es nuevo, los doctores habían estado desarrollando una investigación práctica de este procedimiento y más de 50 pacientes habían recibido piel de tilapia para combatir las quemaduras con resultados positivos.

Este pez en particular se cuenta sólo en los ríos de Brasil y se cree que es inmune a muchas enfermedades. Eso sí, antes de usar la piel del pez, se preocupan de que pase por varios tratamientos para quitarle las escamas, el tejido muscular, las toxinas y cualquier posibilidad de que vaya a transmitirle alguna enfermedad al paciente.

Los expertos aseguran que se parece bastante e aun injerto de piel humana, que reduce los riesgos de infección y que se mantiene flexible, permitiendo que el paciente se mueva de forma natural. En el caso de María Ines, le dejaron el injerto durante 11 días antes de quitarlo totalmente. Durante esos días parte del injerto fue quitado y renovado, para asegurarse de que la recuperación fuera total.

Según el doctor Edmar Maciel, uno de los cirujanos plásticos que desarrolló este método, la piel de este pez contiene unos niveles óptimos de colágeno y humedad, por lo que es difícil que se seque.

¿Qué inteligente no? Esperemos que María Inés se recupere pronto y que pueda volver a vivir su vida normal sin dolor y sin problemas en los próximos meses.

VÍA UPSOCL


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