Las peleas tontas, la base de cualquier relación duradera y seria. Sin pelear por tonterías es que uno de los dos no se valora a sí mismo o es que ya le da igual todo. Benditas sean las peleas tontas, entre las que se encuentran estas 9:
1. La de “no quiero pelear por esto”
“¿Entonces por qué estamos peleando por esto?” “No sé, habrás comenzado tú.”
2. La de “eres un grosero”
Pedos, eructos y otras variantes de la asquerosa confianza. ¿La gente elegante hace esas cosas en privado? Por si acaso te llamaré grosero.
3. La de “¿dónde pusiste mis cosas?”
¡Siempre mueves mis cosas! Ah, está en mi bolsillo. Te quiero.
4. La de “dime lo que quieres”
“¿Mexicano o tailandés?”. “Me da igual”. “Simplemente elige uno”. “Me van bien los dos”. “Así no acabamos nunca”. “Ok, sushi”.
5. La de “¿qué vemos esta noche?”
Y vuelve a empezar un debate como el anterior.
6. La de “me distraes con tu sex appeal”
Lo siento, cariño. Debes alejarte 5 minutos para que me pueda concentrar. Bueno, 2 minutos.
7. La de “hoy pago yo”
“No, ni hablar”. “Sí, ya te digo, pago yo”. Hasta que uno cede porque la cola se va haciendo grande.
8. La de “¿quién pide aquello que los dos queremos en el menú?”
Elegir quién pide el postre que los dos deseáis, por ejemplo. Aquí ganar es pedirse otra cosa y que resulte que era la buena elección.
9. La de “deberías poner orden en tu habitación”
“¿Que yo debería hacer algo con mis cosas?” Y empieza la guerra, aunque los dos sabéis que la habitación está fatal.