Cuando duermes, tu cerebro no se apaga, sigue funcionando y atraviesa diversas fases de sueño, incluyendo el sueño MOR (movimientos oculares rápidos, REM en ingles), recibe este nombre porque los ojos se mueven de un lado a otro debajo de los párpados. Durante esta fase aparecen los sueños, que pueden ser tan aterradores e inquietantes que se convierten en pesadillas.
Las pesadillas son la manifestación del inconsciente durante el sueño, de sentimientos como inseguridad, ansiedad, miedo o preocupación y los niños son más susceptibles a padecerlas, aparecen a partir de los dos años, hasta aproximadamente los seis y tienden a ser menos frecuentes durante la adolescencia.
¿Recuerdas las pesadillas más recurrentes de tu niñez?
En la infancia, nuestras pesadillas eran mucho más siniestras que en otras etapas de la vida, la imaginación desenfrenada de los niños y los miedos propios que surgen cuando el mundo aún es un lugar desconocido, convierten las noches de sueño en visiones perturbadoras llenas de monstruos, fantasmas y abandono, visiones que serían dignas de una película de terror, pesadillas que te hacían despertar con un grito en la madrugada, sudando y llorando, corriendo a la habitación de tus padres.
El fotógrafo Arthus Tress, a finales de los años sesenta y setenta, pidió a algunos niños que describieran sus pesadillas para después inmortalizarlas en fotografías manipuladas, y es así como surge Daymares, una serie fotográfica en blanco y negro que continúan tan extraordinaria como hace 40 años, pues desentierra lo más oscuro de la mente infantil, para plasmarlo en la vida real.
Tress se aventuró en este proyecto cuando el educador infantil Richard Lewis lo llamó para fotografiar su taller sobre los sueños de los niños, les pidió que escribieran poemas e hicieran dibujos sobre lo que soñaban y mientras Tress fotografiaba su clase, se dio cuenta que era una idea formidable y quería seguir con el proyecto. Tress fue de los primeros fotógrafos en experimentar con fotografías manipuladas, Daymares es considerada como una se las primeras series que acabaron con la creencia de que la fotografía era una herramienta para capturar sólo la realidad.
“El propósito de estas fotografías de sueños es mostrar cómo la imaginación creativa de los niños transforma constantemente su existencia en símbolos mágicos de sentimientos o estados que quedan sin expresar. De hecho, todos intercambiamos o traducimos constantemente nuestras percepciones diarias de la realidad en la esfera encantada del mundo de los sueños”.
Seres extraños saliendo de un sillón, raíces que brotan en lugar de manos, casas abandonadas, dinosaurios; son algunas de las imágenes que salen de las más terroríficas pesadillas de los niños.
El museo Getty adquirió 66 de las fotografías de Tress a principios del 2014 y aquí te mostramos algunas de las perturbadoras visiones.
Vía: culturacolectiva.