El dueño de dos restaurantes de Kansas llamados AJ’s NY Pizzería, descubrió la forma de ganar dinero aprovechándose de las aplicaciones de reparto de comida. Todo comenzó cuando en marzo del año 2019, recibió quejas de clientes que habían recibido pizzas frías o equivocadas, cuando ellos en realidad no trabajaran con entrega a domicilio.
Resulta que Doordash, una empresa de reparto de comida a domicilio similar a Deliveroo y Uber Eeats, había modificado la ficha de la pizzería en Google para añadir la opción de reparto a domicilio con un enlace a su propio servicio.
Esto afectó directamente a los restaurantes, ya que los repartidores no transportaban la comida en las mochilas térmicas adecuadas; recibían opiniones negativas en Yelp, lo que afectaba la imagen de la empresa; y los precios que aparecían en Doordash eran significativamente más bajos que los de la propia pizzería.
Si una pizza costaba 24 dólares, Doordash la vendía por $16. Para una empresa valorada en 13.000 millones, perder $8 por venta no parecía un problema, al menos no a corto plazo. Así que, cuando se dio cuenta de esto, el dueño de AJ’s llamó a un amigo y ambos idearon un plan.
Primero, compraron 10 pizzas por 160 dólares y las enviaron a casa de otro amigo. Un repartidor de Doordash apareció en el restaurante y pagó $240 con una tarjeta de crédito. Fue un experimento exitoso, pero no muy rentable: el coste real de las pizzas era de $70, así que AJ’s solo obtuvo un beneficio de $10. Después, pidieron otras 10 pizzas del mismo precio, pero esta vez las enviaron sin ingredientes: solo la masa, que no valía prácticamente nada. Con este engaño ganaron 75 dólares ($240 -$160 para Doordash – $5 en cajas).
Repitieron el proceso varias veces durante las semanas siguientes, hasta que más adelante, descubrieron que la compañía estaba vendiendo a pérdida como “prueba de demanda” de la pizzería.
Según reseña Gizmodo, hay varias prácticas dudosas, pero la más llamativa es que Doordash (y otras aplicaciones de comida) modifiquen sin pedir permiso la ficha de los restaurantes en Google para desviar a los comensales. Otros servicios como Grubhub incluso generan números de teléfono para cada restaurante: puede que alguien llame a uno de esos números pensando que va a hablar directamente con el restaurante, pero en realidad va a ser transferido a una centralita de Grubhub que gestionará el pedido llevándose una comisión.
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