Los trabajadores de muchas compañías de EE.UU. ya pueden gozar de semanas laborales más cortas, aclara la revista ‘The New York Magazine’ haciendo referencia a un informe reciente del Instituto de Familia y Trabajo (Families and Work Institute), que descubrió que el 43% de los 1.051 empresarios encuestados ofrecieron semanas laborales cortas a al menos algunos de sus empleados.
La publicación escribe que varios estudios en áreas de la medicina, el sueño, la ciencia cognitiva y la psicología organizacional sugieren que una semana laboral más corta debería ser la norma y no la excepción. Y aquí están sus argumentos.
1. Más salud
El mes pasado, la revista ‘The Lancet‘ realizó un metaanálisis de décadas de grandes estudios médicos y llegó a la conclusión de que las personas que trabajaban 55 horas a la semana o más tenían un riesgo un 33% mayor de sufrir un accidente cerebrovascular que las personas que trabajaban menos de 40 horas semanales. Los empleados con exceso de trabajo también tenían un 13% más de riesgo de desarrollar enfermedades del corazón.
2. Más sueño
Las personas que trabajan menos de 40 horas a la semana también tienden a dormir más y les resulta más fácil conciliar el sueño que a sus pares que trabajan más de 55 horas por semana. Esto fue confirmado por el estudio publicado en la revista ‘Sleep‘, en que los científicos encuestaron a unos 10.000 empleados para posteriormente descubrir que aquellos que trabajaban 40 horas a la semana o menos dormían mejor y su sueño era generalmente más reparador.
3. Mejor estado emocional
El exceso de trabajo deriva en un exceso de cansancio. Una persona que no ha dormido lo suficiente es más propensa a malinterpretar las emociones de los demás, e incluso le cuesta discernir si otra persona está contenta o enfadada. Cuando estamos cansados también somos más propensos a buscar conflictos con los seres queridos.
4. Mejor rendimiento en el trabajo
En 2009 los investigadores de Harvard Business School realizaron un experimento en el cual obligaron a los empleados de una empresa de consultoría de Boston (EE.UU.) a tomarse un día libre en medio de la semana laboral. Después de cinco meses de esta rutina, los clientes de la consultoría detectaron que el servicio que les ofrecía el personal que se tomaba el día libre a media semana era mejor que el que recibían de los demás trabajadores de la compañía.