Los calambres son contracciones de los músculos que no podemos controlar y que, por lo general, ocasionan rigidez y dolor.
Estos pueden aparecer durante o después de una jornada de entrenamiento físico, tras hacer un esfuerzo indebido e incluso durante el periodo de descanso.
La mayor parte de las veces duran menos de un minuto, pero también pueden prolongarse un poco más y aparecer de forma recurrente.
Las partes más afectadas son las pantorrillas, los brazos y los muslos, y pueden venir acompañados con un incómodo tic.
Sus causas son muy diversas y tienen que ver con trastornos de salud, deficiencias nutricionales y mal funcionamiento del sistema nervioso.
Además, son más frecuentes en los adultos mayores y aquellos que no practican ningún tipo de actividad física.
En el siguiente espacio queremos repasar los factores asociados con su aparición y algunos remedios naturales para calmarlos.
¿Por qué se producen los calambres?
La sobrecarga y lesiones en los músculos son uno de los motivos principales de los continuos episodios de calambres. Estas producen un fuerte agotamiento y pueden conducir al desarrollo de afecciones nerviosas.
La causa más común de esta condición es el desequilibrio en los niveles de electrolitos, los cuales pueden perderse de forma excesiva a través de la sudoración.
El déficit de minerales implicado en su desarrollo incluye el sodio, el magnesio, el potasio y el calcio.
Este último interviene en la transmisión del impulso nervioso que, más tarde, provoca la contracción muscular. Por esto, su deficiencia evita que el músculo se relaje en su totalidad.
Por otro lado, cuando la persona es sedentaria y lleva una mala alimentación, los músculos de las piernas y pantorrillas no funcionan en óptimo estado y tienden a endurecerse.
Además, también pueden indicar un problema en el sistema circulatorio y la falta de hidratación del cuerpo.
¿Cómo calmar los calambres musculares?
La mayor parte de las veces el calambre desaparece de forma espontánea después de unos minutos.
Sin embargo, para acelerar su recuperación e impedir que se den de forma continua se pueden tener en cuenta algunos consejos.
Aumentar el consumo de agua
El consumo diario de agua es esencial para mantener el adecuado riesgo sanguíneo y el buen funcionamiento muscular.
Las personas que practican demasiada actividad física o deportes deben procurarhidratarse con bebidas isotónicas para compensar la pérdida de minerales.
Además, es conveniente ingerir unos dos litros de líquido al día, incluyendo el que contienen las frutas y vegetales.
Hacer estiramientos
Los ejercicios de estiramiento son la mejor terapia para calmar un calambre lo antes posible. Estos relajan el músculo y disminuyen la contracción involuntaria que provoca el espasmo.
¿Cómo hacerlo?
- Recuéstate en una colchoneta, flexiona la pierna en dirección al rostro y sostenla unos segundos.
- Vuelve a la posición inicial y flexiona los dedos de los pies.
- Repítelo cinco veces.
Masaje con aceites esenciales
Los masajes con aceites esenciales activan la circulación, aumentan la oxigenación de los músculos y promueven su relajación.
Para conseguir mejores efectos aconsejamos utilizar bálsamo de árnica, aceite esencial de pino o de romero.
¿Cómo hacerlo?
- Humedece las palmas de las manos con el aceite y realiza el masaje en la dirección contraria al curso del dolor.
- Ejerce una suave presión para estirar gradualmente el músculo hasta relajarlo.
Infusión de ginkgo biloba
Esta bebida natural promueve la relajación del músculo afectado y disminuye molestias como la tensión, la dificultad de movimiento y la inflamación.
Ingredientes
- 1 cucharada de ginkgo biloba (10 g)
- 1 taza de agua (250 ml)
¿Cómo hacerla?
- Vierte el ginkgo biloba en una taza de agua hirviendo y déjalo reposar.
- Filtra el líquido y consúmelo ante la primera señal de dolor.
Baño con semillas de mostaza
Un cálido baño con semillas de mostaza mejora la circulación en los músculos afectados y acelera su recuperación.
Ingredientes
- 1 cucharadita de semillas de mostaza (5 g)
- 1 litro de agua
¿Cómo hacerlo?
- Mezcla una cucharadita de semillas de mostaza en un litro de agua, llévalo a ebullición y agrégalo a la tina.
- Sumerge las piernas durante 20 minutos y descansa.
Compresas de árnica
Las propiedades antiinflamatorias de las flores de árnica disminuyen la contracción causada por el calambre y mejora la circulación.
Ingredientes
- 4 cucharadas de árnica (40 g)
- 1 litro de agua
¿Cómo hacerlas?
- Coloca las flores de árnica en un litro de agua y déjalas hervir durante cinco minutos.
- Espera hasta que reposen a una temperatura soportable y sumerge un paño absorbente.
- Aplica la compresa sobre la zona dolorida y déjala actuar durante 10 minutos.
Recuerda que la mejor forma de evitar esta condición es mantener una buena alimentación y un estilo de vida saludable.
Si se convierten en un síntoma frecuente, no dudes en acudir al médico para determinar si se deben a alguna anomalía.
Fuente: Mejorconsalud