Tal vez sea la superstición más común y conocida. ¿Quién no ha tocado madera alguna vez esperando con ello tener buena suerte? La verdad es que en realidad se realiza tanto para esta finalidad como para esperar que un deseo se cumpla, una vieja tradición cuyo origen concreto es aún muy impreciso y que dispone de varias vertientes. Pero eso sí, se sabe que es muy antigua, tanto, que podríamos estar hablando de épocas anteriores al nacimiento de Cristo. ¿Te gustaría saber más?
Origen 1: ¿La Santa Cruz?
En efecto, la primera explicación es sin duda la más extendida pero sin embargo, la menos cierta. Se piensa que la necesidad de tocar madera viene precisamente de la cruz en la cual Jesucristo perdió la vida. El tocar madera es un modo de invocar precisamente aquel madero sagrado ante el cual pedir amparo, protección o la necesidad de que se cumpla un deseo, pero históricamente se sabe y se tienen documentos de que la tradición de “tocar madera”, ya se practicaba mucho antes del nacimiento de Cristo.
Origen 2: ¿El genio del fuego?
Son muchas las culturas que en sus orígenes sentían devoción por la figura del roble. Era un árbol que muy a menudo solía ser alcanzado por los rayos, de ahí que desde la antigüedad se le viera como un ser que estaba en contacto con los dioses y que disponía de capacidades mágicas. Y no solo eso, en su interior habitaba nada más y nada menos que el Genio del fuego y de la Vitalidad, alguien tan poderoso que era posible invocarlo para pedir deseos y protección.
Cuidado con la madera que tocas
Este dato ya no es tan conocido, pero según la tradición no vale con tocar cualquier madera, y menos aún alguna que disponga de dos o cuatro patas. Es decir, no vale con tocar una silla y aún menos una mesa. ¡Cuidado! El verdadero poder proviene de toda aquella madera que esté en contacto con la tierra como es el caso, claro está, de los árboles.
Se considera mala suerte el escuchar un crujido de la madera, símbolo de infortunio. También el que de buena mañana te cruces con una persona que avance con una pata de madera. Si la ves, no debes seguirla con la mirada durante mucho tiempo. Y aún queda otra advertencia más… no basta solo con “tocar madera”, lo que dice la tradición es que hay que golpearla lo bastante fuerte como para ahuyentar los malos espíritus.
Así que, como puedes ver, el origen de esta expresión, a pesar de aparentar cierta complejidad, parece que tiene su verdadero origen en la propia naturaleza, de cuando nuestros antepasados veían caer la fuerza de los elementos sobre los árboles. Criaturas mágicas que, además de estar en unión con la tierra, parecían tener también su contacto con el cielo.
Entonces ¿por qué no pedirle deseos y protección a esos árboles maravillosos? Pues ya sabes. Golpea siempre la madera de un árbol.¡Y golpea fuerte!