Por mucha porquería que comas, y por muy diferente que sea esa porquería, invariablemente (con algunas excepciones alimentarias y patológicas), tu caca siempre tendrá el mismo color. Esta maravilla de coherencia estética de nuestro organismo se explica por el simple hecho de que el color de las heces en gran medida nada tiene nada que ver con lo que comes. En realidad, la respuesta está en tu sangre.
Un glóbulo rojo o eritrocito es un componente celular de la sangre, y como muchos de ustedes saben, entre otras cosas, el responsable de transportar el oxígeno desde los pulmones a las células y el dióxido de carbono de las células hasta los pulmones. Su peculiar forma de disco bicóncavo atiende al hecho de ser una célula anucleada, sin núcleo pues, de manera que está dotado de una ergonomía y capacidad de transporte poco usual, a costa de un tiempo de vida relativamente corto de aproximadamente 120 días.
Como resultado de ello, constantemente mueren “montañas” de glóbulos rojos de la sangre. Mueren de viejos, siendo capturados por el llamado sistema fagocítico mononuclear (hígado, bazo y médula ósea) donde las células comilonas, los macrófagos, son los responsables de su conveniente reciclado. Uno de sus componentes fundamentales es un metaloproteína transportadora de gases, la hemoglobina, que es responsable del color rojo de la sangre. Cuando se metaboliza la hemoglobina, la porción de globina se reutiliza en aminoácidos, el hierro se almacena para su uso posterior y el grupo hemo se metaboliza a un compuesto llamado bilirrubina.
En resumen, para los que no tienen paciencia.
La bilirrubina es capturada por el hígado, un órgano particularmente pródigo en el pre-procesamiento de toda la basura que nuestro cuerpo necesita expulsar. Como la bilirrubina es liposoluble en su forma inicial, el hígado se encarga de agregar una molécula (un grupo UDP-glucuronato) que hace que sea hidrosoluble y por lo tanto más fácil de excretar, por ejemplo, en la orina.
Esta bilirrubina, que por la adición de tal grupo molecular se llama ahora bilirrubina conjugada (diglucurónido de bilirrubina) es eliminada junto con la bilis en el duodeno (parte del intestino delgado). Los abundantes bacterias que viven allí se encargan después de convertirla a urobilinógeno, que puede ser reabsorbido y eliminado por la orina. Este urobilinógeno es de color verde.
Con el tiempo, este urobilinógeno también puede ser metabolizado por bacterias hambrientas en otra forma, laestercobilina, cuyo nombre indica una coloración similar a la del estiércol … (la infame caca marrón).
Mezclada la estercobilina con el contenido fecal procedente de la digestión, se originan las heces con su notorio color característico.
Teniendo la referencia de la “caca marrón” como el color normal de las heces, hay que recordar que los cambios de este patrón cromático pueden indicar una enfermedad o un patrón de alimentación irregular. Es decir, cuando la caca es …
- Particularmente oscura, puede ser causada por un sangrado gastrointestinal en la parte alta (donde la sangre ha tenido tiempo para oxidarse y volverse oscura) o una dieta demasiado rica en hierro.
- Un poco más roja, el propio sentido común dirá que es sangre, y por la caca que he descrito anteriormente, se entiende que la hemorragia se encuentra más bajo, lo que permite colores más vivos.
- Caca de color verde, puede ser que se trate de una situación que acelera el tránsito intestinal (como ya he dicho anteriormente, el urobilinógeno es verde), lo que reduce el contenido de estercobilina, volviendo las heces verdes (en el caso de una diarrea prolongada).
- Blanca, algo ha ido mal con la excreción de bilirrubina (por ejemplo, un cálculo / piedra en un conducto biliar) que impide la llegada de este “tinte” al intestino.